martes, 30 de abril de 2013

SI PUEDO ELEGIR... QUE SEA IMPROBABLE.


Con frecuencia menospreciamos el poder de las palabras. Las pronunciamos, las callamos, las compartimos con indolencia, con indiferencia, casi con pereza. Sin embargo somos dueños de nuestras palabras, las poseemos, las escogemos, las decimos, las revestimos de intención,… Pero son nuestras tan solo durante un instante, mientras la buscamos, mientras la escogemos porque, al pronunciarlas, ocurre algo tan extraño como paradójico puesto que no solo dejamos de ser dueños, sino que pasamos a convertirnos en esclavos de la palabra dada. Una vez arrojada la piedra, la mano no la puede detener.

Utilizamos palabras constantemente, no  solo para comunicarnos con los demás sino también, y puede que esta sea la conversación más importante que mantenemos cada día, para hablar con nosotros mismos. A estas palabras las llamamos pensamientos, pero en el fondo no son nada más (ni nada menos) que palabras. Palabras que escogemos, palabras que poseemos y palabras que lanzamos, esta vez a nosotros mismos, pero que, de la misma manera, una vez pensadas, dejan de pertenecernos, incluso al contrario, nos poseen.

Sin embargo, durante ese instante previo, cada cual decide, cada cual escoge. Palabras sí, pero también consecuencias. En función de las palabras escogidas el efecto en nuestra consciencia, en nuestro ánimo, en nuestra actitud será distinto. Podemos elegir palabras que nos anclen en el dolor o palabras que nos inunden de esperanza, podemos escoger palabras que alimenten nuestros miedos o que los debiliten. Porque no es lo mismo un pero que un quizás. Porque hay palabras que hieren y otras que curan. Porque hay palabras que cierran puertas y palabras que las entornan y porque, en el fondo, nuestro cerebro está programado para creer que todo lo que le decimos es verdad.

Así pues, ya que podemos elegir, vale la pena hacer el esfuerzo de medir bien las palabras que decimos y que nos decimos. Porque no es lo mismo perdonar que olvidar, porque el arrepentimiento nunca repara por completo el daño ocasionado. Con todo, siempre estamos a tiempo de manipular nuestro discurso interior, de tomar las riendas de nuestros pensamientos, de  empezar a hablarnos con el respeto y el cariño que nos merecemos.

Puestos a elegir… en esta semana de remontadas imposibles, en estos días de futuros imposibles, en estas vidas de sueños imposibles,... yo escojo escoger mis palabras, yo escojo abrir la puerta a la épica,... yo, me quedo con improbable. ¿Y tú?





¡FELIZ REFLEXIÓN!

8 comentarios:

  1. Un grato sentimiento se apoderaba de mí a medida que avanzaba en la lectura. Lecturas que saboreas, que degustas...
    ¡Qué importante escucharnos! Tanto aquello que decimos como lo que no decimos. Qué importante cómo lo decimos...
    Y sí, definitivamente mientras haya una posibilidad, mientras exista media posibilidad entre mil millones, vale la pena intentarlo.

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    1. ¡Qué chulo Bea! Mil gracias por el comentario. En esta reflexión las personas que practican deporte, la gente que compite (contra si mismo) ya tiene mucho camino andado. Por la constancia, por tener siempre abierta la puerta a la posibilidad y, sobre todo, por la practica consciente de hablarse a sí mismo, de dirigirse a su propio cuerpo para pedirle un último esfuerzo cuando ya no quedan fuerzas que sacar.

      Un fuerte abrazo.

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  2. las palabras son la fuerza de todos los sentimientos que vivimos, nos hacen ser feliz o tristes, enfadados o alegres todo depende de que decimos, como lo decimos y cuando haran que nuestra vida coge un rumbo u otro

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    1. Cierto Francesco, las palabras que escogemos determinan la actitud que mostramos, nuestras expectativas y nuestro estado de ánimo. Definitivamente no podemos escoger las cosas que nos suceden, pero si la forma en la que "nos lo contamos", y eso, como bien dices, determina el rumbo de nuestra vida.

      Saludos.

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  3. Las palabras son fruto, del comportamieno de tu personalidad, tener un buen léxico, demuestra tu calidad de persona y la facultad para presentarte ante obstáculos del camino.!

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    1. Esta es una reflexión interesante, que complementa lo escrito en el artículo. Es verdad que es tremendamente importante tener una riqueza de vocabulario suficiente, cosa que a menudo, cuando nos referimos a temas emocionales, nuestro vocabulario es bastante limitado, y esto tiene graves consecuencias. A menudo sucede que nos faltan palabras para expresar de manera precisa aquello que sentimos, y esto tiene su precio.

      Gracias por la aportación Zidzel.

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  4. Pues te felicito sinceramente por tus "palabras tan bien escogidas". Me encantó la reflexión y me uno sin condiciones a las puertas abiertas.
    Un abrazo.

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    1. Siempre hay que dejar las "puertas abiertas" porque nunca sabemos que nos deparará en el futuro. Y aunque aparentemente no suceda nada, aunque no entre nadie, al menos sirve para "ventilar", para que corra el aire. Y eso ya nos sirve para tomar perspectiva y ver las cosas de manera distinta.

      Saludos Charles y gracias por "entrar".

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