La entrada de hoy es una invitación para reflexionar sobre la
profesión docente. Y, como en otras ocasiones, utilizando una de mis fórmulas
preferidas: Un cuento.
Cuentan que, ante un grupo de niños, un hombre contaba la
siguiente historia…
Había una vez un muchacho hijo de un humilde entrenador de
caballos. El padre del muchacho era pobre y, aunque con algunos sacrificios,
consiguió que su hijo pudiera ir a la escuela. Una mañana, mientras estaban en
clase, el profesor pidió a los alumnos que pusieron por escrito las metas que
pretendían alcanzar cuando fueran mayores.
El joven, ilusionado por el proyecto, pasó gran parte de la
noche escribiendo varios folios en los que explicaba con detalle sus sueños y
anhelos. Incluso, hizo varios dibujos para completar su descripción. El chico
se imaginó aquella noche dueño de su propio rancho, cuidando de su propia
ganadería y con un extenso terreno en cuyo centro se levantaba su casa.
Visiblemente emocionado, a la mañana siguiente, el muchacho entregó su trabajo
al profesor.
Sin embargo, dos días más tarde, el joven recibió la
puntuación de su trabajo, un suspenso, junto con una nota que le decía que se
quedara a hablar con el profesor al terminar las clases. El chico acudió a ver
a su profesor y lo primero que hizo fue preguntar por qué lo había suspendido.
El profesor le explicó: “Este es un sueño poco realista para un chico como tú.
Tú no tienes recursos, tu familia es humilde. Para conseguir todo lo que
describes en tu trabajo hace falta mucho dinero y muchos contactos. Tienes que
comprar el terreno, pagar por las crías originales y después tendrás muchos más
gastos de mantenimiento. Tu proyecto no es realista, no podrías hacerlo de
ninguna manera.”
A continuación, el profesor agregó:” A pesar de ello, y en
consideración por todo el esfuerzo realizado, si vuelves a redactar tu proyecto
de forma más apropiada, con objetivos más realistas, te prometo reconsiderar tu
nota.”
El chico regresó a su casa y pensó mucho lo que su profesor
le había explicado. También le preguntó a su padre que debía hacer, ante lo
cual, este le contestó: “Mira hijo, creo que esa es una decisión importante,
por lo que te recomiendo que te tomes tiempo para tomarla. Creo que es algo que
debes decidir por ti mismo. Lo que tú decidas estará bien.”
Finalmente después de reflexionar durante un par de días, el
chico volvió a presentarse ante su maestro entregándole el mismo trabajo, sin
hacer cambio alguno. Ante la cara de asombro de su profesor, el chico le dijo:
“Profesor, puede usted mantener mi mala nota, pero yo prefiero conservar mi
sueño.”
Al concluir esto, el hombre que hablaba miró a los niños y
les dijo: “Y esta es mi historia. Y aquí enfrente está la casa de mis sueños.
En el centro del rancho que me propuse conseguir, porque esta es la meta de mi
vida. Aún conservo aquel trabajo, con sus grandes números rojos en una esquina,
enmarcado sobre la chimenea.”
Luego agregó: “Pero lo mejor de la historia es que, hace dos
años, aquel mismo profesor, me visitó con un grupo de treinta chicos. Vinieron
a visitar mi rancho. Y al irse me confesó: -Mira, ahora puedo decírtelo. Cuando
era profesor, era una especie de ladrón de sueños. Durante aquellos años, les
robé un montón de sueños a los niños. Pero por suerte, tú tuviste la fortaleza
de no abandonar el tuyo. Y tu ilusión, y tu persistencia me hicieron ver lo
equivocado que estaba, y lo cruel que fui con aquellos niños. Ahora, ya
jubilado, intento reparar el daño causado contagiando la ilusión a cuantos
quieren oírme.”
Como decía Will Smith a su hijo en la película, “nunca dejes que nadie te diga lo que no
puedes hacer”, (ni siquiera Wert).
Ser maestro implica una gran responsabilidad (todo gran poder…).
Manejamos ilusiones y sueños ajenos, y de nosotros depende regarlos y que
puedan florecer o que se marchiten. ¡Nadie dijo que fuera fácil! Aunque por
otra parte… ¿alguien conoce algo tan apasionante?
¡FELIZ REFLEXIÓN!
Me siento muy identificada con este relato. Un maravilloso texto que incita a un reflexión sobre que debemos ser los maestros. ¡Yo lo tengo claro! Quiero promover soñadores :)
ResponderEliminarMuchos ánimos en tu propósito! Necesitamos con urgencia profesionales vocacionales que cada día, antes de comenzar sus clases se detengan un minuto para mirar a sus alumnos a los ojos y darse cuenta de todas las ilusiones y esperanzas que ellos depositan en nuestras manos.
EliminarSin duda la tuya es la más apasionante de las decisiones. Un abrazo.
soñadores......pero realista,siempre con los pies en la tierra. El cuento de la lechera es un buen ejemplo. Alguien imagina o sueña algo imposible. La funcion del maestro es ayudarle a encontrar todos los pros y los contras de ese sueño para llevarlo a buen puerto o dejarlo abandonado.
ResponderEliminarMuchos niños hoy en día piensan que es facil hacer realidad su sueño y cuando se encuentran con un sueño no cumplido se desmotivan. Nada es fácil y ellos muchas veces lo ignoran.
Nadie dijo que conseguir los sueños sea fácil. Pero creo que sin sueños no podemos vivir. Con todo, al final, por extraño que parezca da igual que los alcancemos o no, porque lo importante es disfrutar del camino y del esfuerzo para conseguirlos. Lleguemos donde lleguemos seguro que es con una sonrisa en la cara.
EliminarUn abrazo Ana.
Como maestro, creo que debemos respetar los sueños de todos los que nos rodean. Los estudiantes por lo general tienen sus ideales en sus sueños y si son pobres o ricos, los sueños son solamente eso, sueños. Atentamente
EliminarNelson
Prefiero que los niños sueñen con algo imposible a que dejen de soñar. Y digo algo más: todo es imposible hasta que alguien lo consigue.
EliminarHoy por hoy estamos en la imperiosa necesidad de replantear nuestros esquemas pedagógicos, lo cual implica el acompañar a nuestros estudiantes en la búsqueda de sus sueños e ilusiones y que sepan que más que profesores somos su amigo y estamos prontos a acompañarlos en su lucha cotidiana, sea en la dimensión existencial que sea. gracias por es historia tan iluminadora
ResponderEliminarGracias Fidel por tus palabras. Efectivamente creo que la mejor definición de educación es acompañar. Porque acompañar implica que el que decide, el que marca la dirección a seguir, el protagonista, es el acompañado.
EliminarSaludos.
Siempre debemos fijar una meta a corto y largo plazo.Alguna vez fuimos niños y cuantos sueños quedaron en el baul del olvido , lo importante es seguir en la lucha por muy dura que sea.
ResponderEliminarLo importante es que las metas a corto plazo sean coherentes con nuestra meta a largo plazo, que sean pasos que nos acerquen a nuestros sueños, a ser lo que queremos. Si al final del camino llegamos o nos quedamos cerca no importa. Lo importante es el esfuerzo y la coherencia.
EliminarHola... antes de nada felicitarte por las publicaciones de las que soy seguidoras desde hace varios meses, por considerar de interés este blog lo he incluido en mi lista de premiados. Le dejo el enlace a la publicación de la lista.
ResponderEliminarUn cordial saludo
http://elespaciodeladiversidad.blogspot.com.es/2013/03/repartiendo-premios.html
Muchas gracias Maria Teresa por seguir el blog, por participar y por supuesto por considerarlo para incluirlo en tu lista de premiados. Me ha hecho mucha ilusión tu detalle. Saber que aquello que escribes es bien recibido y compartido con cariño por otras personas es sin duda el mayor de los premios.
EliminarMe pasó por tu "espacio" con gusto. Un abrazo.
Simplemente decir que soy una seño soñadora y me encanta facilitar esos sueños y deseos, entre los niños/as, jóvenes y adultos, gracias por tu publicación, me la he llevado a un lugar muy mágico, rodeado de tres hadas y lleno de ilusiones y alegrías, un abrazo y gracias por soñar, por sentir..
ResponderEliminarhttp://grandesdeseosy.blogspot.com.es/p/blog-page_16.html
Gracias Patricia por compartir el cuento y, sobre todo, por compartir tu ilusión y dedicación hacia la profesión docente. Me encanta la palabra "seño", no sé, me da buen rollo. Me representa una mezcla de cercanía, de respeto y cariño. Todas ellas condiciones deseables y necesarias para el difícil arte de la educación.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario Patricia.
Me parece que a veces muchos maestros anteponen sus propios deseos a los que los chicos les presentan y son presa de la negatividad, las razones deben ser muchas ya que debemos de considerar que los maestros son humanos como nosotros pero, su efecto en cada ser humano es mucho mayor que cualquiera otro en esta tierra demaás del de los padres, ojala consideren bien lo que piensan y hablan los profesores pues ellos son parte vital en la formación de un niño. !Muy bueno¡
ResponderEliminarNo dudo de las buenas intenciones de la mayoría de los maestros al desempeñar su trabajo. Sin embargo, si pensamos en la tremenda repercusión que sus palabras y actos (o la falta de ellos) tendrán en el futuro de sus alumnos, a veces las buenas intenciones no son suficientes. Ser maestro es un trabajo que requiere dedicación y sobre todo vocación. ¡Es tan frágil lo que tienen entre manos!
EliminarSaludos Isabel.
Muy buena entrada habla sobre persistir sobre tus sueños sin hacerle caso a la gente pesimista, eso es muy cierto. Felicitaciones escribes muy bonito
ResponderEliminarEn el fondo los sueños son como las utopías, casi por definición inalcanzables, sin embargo, como dice Galeano, "nos sirven para caminar".
EliminarGracias por tus palabras Ana, un abrazo.
Gracias por compartir, el mundo aun precisa de gente que sueña y que trabaja por sus sueños, el límite está dentro de cada uno, los que triunfan en la vida no son aquellos que todo el mundo aplaude y en los que los demás confía, sino aquellos que tienen el valor de luchar por sus sueños y el coraje suficiente para confiar en sí mismos.
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