Anoche, en el momento de acostar a mi hija, a la hora mágica de
los cuentos, compartimos una preciosa historia, que hacía tiempo que no salía de
la estantería. Y como en otras ocasiones, la magia, la ternura, la sensibilidad
de la historia de Lorenzo nos volvió a emocionar. Y es que hay historias que,
como los buenos vinos, van ganando cuerpo con el paso del tiempo. Hay
historias, tan sencillas y simples en apariencia y tan profundas en esencia, que
cada vez que las recuperas se muestran con nuevos matices. Sin duda la historia
de “el cazo de Lorenzo” de Isabelle Carrier es uno de estos relatos.
El libro publicado por la editorial Juventud es una preciosa
historia que aborda el tema de la discapacidad en la infancia, aunque, y esto
es algo que entiendes después de releerlo y recontarlo varias veces, es un
pequeño tesoro que, entre la ingenuidad de sus dibujos y la simpleza de sus
textos, encierra otros importantes aprendizajes. Uno de estos mensajes
ineludibles es el de la trascendental importancia que tiene para la educación
el contar a nuestro alrededor con personas sensibles y cariñosas, con personas dotadas
de una mirada especial, de un tacto especial, capaces de acercarse al niño
desde el cariño, escuchando más allá de rabietas, de trastadas o risas, entendiendo
el mensaje de las necesidades y del cariño que todo niño, toda persona en
realidad, entona con frecuencia.
Me encanta esa página del libro en que la persona
extraordinaria (la maestra, la madre, la amiga, la monitora, la terapeuta,… la “maga”)
se acerca a Lorenzo cargada de cariño y le enseña su pequeño cargamento de
defectos, su pequeño “cacito verde”, poniéndose a su nivel, mostrándole que
nadie es perfecto, que todos tenemos defectos y virtudes. Que a las personas se
las acepta y quiere por lo que son, no por lo que podrían ser, ni por lo que
deberían ser. Así, sin juicio, sin crítica, sin sesgos, sin recelos, partiendo
de reconocer nuestras limitaciones, podemos empezar a crecer, descubriendo
nuestras potencialidades y nuestros puntos fuertes. La persona extraordinaria,
con su traje de flores, ofrece a Lorenzo las herramientas para manejarse en la
vida con normalidad, para vencer sus miedos, para vivir una vida plena, para
ser feliz.
Sería difícil encontrar entre las páginas de los gruesos
manuales de pedagogía una descripción más profunda y más detallada de la labor
docente. En apenas una docena de páginas, en apenas un puñado de garabatos,
queda plasmada la esencia, la magia del proceso educativo, la magia del proceso
terapéutico. Lo podemos complicar con palabras altisonantes, con tecnicismos,
con metodologías, con reseñas, con experimentación contrastada,… pero con todo,
no conseguiremos explicar mejor en que consiste y como debe hacerse, el trabajo
de un maestro.
Es justamente por eso, por esa capacidad de influencia, por ese
poder de transformación, por lo que el trabajo docente me parece el más
apasionante y admirable del mundo.
Acompaño un vídeo con la historia de "el cazo de Lorenzo", aunque recomiendo disfrutar de la historia en papel, pasando lentamente las páginas de esta enternecedora historia, saboreando cada una de las palabras, cada uno de los gestos, cada uno de los guiños,... y es que hay sensaciones que la tecnología aún no ha podido mejorar. En todo caso y como siempre.... ¡FELIZ REFLEXIÓN!
Una bonita historia. Escuchada por tu hija y por nosotros con mucha satisfaccion.
ResponderEliminarMe gustaria ser esa persona extraordinaria, con traje de flores que consiguiera hacer felices a los demás. Que dificil es en la práctica!!
Mis herramientas son amor, comunicación, empatia,...pero en la adolescencia es muy complicado.Querer ir por el camino malo e intentar transformar eso es una lucha diaria en estos momentos en mi vida. Soy positiva y espero conseguirlo pero mis dolores de cabeza me esta costando.
Muchas gracias por tus palabras.
Nadie dijo que educar fuera una tarea fácil, aunque quizás sea por su dificultad y por el esfuerzo y la pasión que demanda que sea tan gratificante. La satisfacción es directamente proporcional al esfuerzo realizado. Ya se sabe que no hay atajos para llegar a los sitios que merecen la pena.
EliminarSin duda no se me ocurren herramientas mejores que las que comentas, quizás aderezadas con grandes dosis de paciencia, sobre todo con hijos adolescentes!!!.
Saludos Ana y mucho ánimo.
M'ha encantat la història i m'ha encantat fer ixa reflexió que potser portem a la pràctica de quan en quan però que hauriem de fer-ho més a sovint. Salutacions i enhorabona per el blog!
ResponderEliminarGracies Laura per pasarte i per comentar. La veritat es que el conte està molt xulo i és una oportunitat fantàstica per a recordar lo important que es tindre gent que et sapia escoltar al teu voltant. Gràcies de nou.
EliminarTan bonita historia pero lo es más aún el hecho de como compartes con tu hija y la gran formación socio-afectiva que le brindas.
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