
Es importante plantear los proyectos sobre el papel, pero al final, lo único que queda son las acciones que llevamos a cabo para conseguirlos. Desgraciadamente, demasiados sueños han quedado atrapados entre las páginas de un cuaderno, porque no reunimos el coraje suficiente para intentarlo. Las ideas orientan, pero los hechos definen.
Es indispensable creer en nuestras posibilidades, mantener una actitud positiva e, incluso desear que la suerte esté de nuestro lado, pero siempre sin olvidar lo de “a Dios rogando y con el mazo dando”. No por mucho desear algo va a convertirse en realidad. La filosofía apropiada en estos casos es, como decía Picasso, “que cuando llegue la inspiración, me encuentre trabajando”.
Un breve cuento como ejemplo…
El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto a su madre:
-Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o los de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?
-Cuando quieras andar, hijo mío -le respondió la madre- deja de cavilar y... anda.
* Fotografía: escultura "el caminante" de Juan José Eguizabal, Vitoria.
¡FELIZ REFLEXIÓN!
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