tag:blogger.com,1999:blog-11095933949405146472024-03-05T06:45:49.690+01:00La mariposa y el elefanteEspacio destinado a compartir reflexiones sobre el mundo de la educación y la formación.Unknownnoreply@blogger.comBlogger166125tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-62872422258486093332013-12-04T12:00:00.000+01:002015-09-17T12:30:00.190+02:00NO HAY MAYOR CIEGO…<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZNhSSxNqKS9Ay2RjHV1ACDs8ifHIoaClk1YubUseKsnlcPrPenbvEBldwKNDyWCAmgDMgsj0aP148bJannFOXgUUvNIfbHFN2nNO8iwB1EOoNCmC18UEc_xGcV32qsd6iFFPWpMMlYc4/s1600/alumno+pizarra.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZNhSSxNqKS9Ay2RjHV1ACDs8ifHIoaClk1YubUseKsnlcPrPenbvEBldwKNDyWCAmgDMgsj0aP148bJannFOXgUUvNIfbHFN2nNO8iwB1EOoNCmC18UEc_xGcV32qsd6iFFPWpMMlYc4/s1600/alumno+pizarra.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><i>"El primer paso de la ignorancia es presumir de saber" Baltasar Gracián.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Es difícil ponerse frente al espejo y reunir la dosis
necesaria de autocrítica para reconocer las virtudes y defectos propios. Casi
me atrevería a afirmar que es un ejercicio que</span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">
</span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">roza lo imposible. De hecho, nuestra mente está programada justo para lo
contrario. Venimos de serie equipados con una compleja serie de mecanismos de
autodefensa que se activan para protegernos frente a las amenazas del entorno
y, por supuesto, especialmente ante los ataques propios que, por otra parte,
acostumbran a ser los más peligrosos y encarnizados. Así, nuestra mente está
siempre alerta para, en el caso de que las cosas nos vengan mal dadas,
dulcificar los hechos y llevarlos a nuestro terreno, encontrando convincentes
argumentos que nos eximan de toda responsabilidad. Nos adentramos así en el
fértil terreno de las excusas, los infortunios y las justificaciones, que nos
sirven para poner a salvo nuestra autoestima. Este proceso, en principio
positivo, no deja de estar exento de ciertos riesgos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así, un exceso de celo en nuestra autoprotección nos lleva a
inventar una realidad paralela, en la que desfiguramos de tal manera los hechos
que los dejamos prácticamente irreconocibles. Todo con tal de evitar asumir la
más mínima autocrítica, todo con tal de mantener a salvo nuestro orgullo,
nuestro ego. Acostumbrados a ver el mundo de esta manera (la nuestra),
rechazamos cualquier argumento que mínimamente ponga en entredicho nuestras
convicciones, nos enrocamos en ellas, nos endiosamos y convencemos de que somos
poseedores de verdades universales y esto, paradójicamente, nos convierte en
ignorantes. Adentrados en este sendero es cada vez más difícil salir de él,
puesto que la ignorancia es una bestia prepotente y fanática que suele alimentarse
de sus propios comentarios. Como dice el refrán <i>la ignorancia es la madre del
atrevimiento.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Una de las fórmulas más eficaces para sacudir nuestra
consciencia y despertarnos de ese falso sueño es ver reflejadas nuestras
actitudes en los demás. Todas las trabas y dificultades que encontramos para la
crítica propia se esfuman cuando cambia el objetivo. Cuando se trata de linchar
al otro, todo el mundo parece sentirse autorizado. Sin embargo, lo realmente
doloroso sucede cuando en medio de ese linchamiento colectivo, seguramente con
nuestras barreras defensivas aturdidas, nos damos cuenta de que las pedradas
que con más rabia lanzamos son las que dirigimos hacía nuestros propios
defectos. De repente reconocemos en la paja del ojo ajeno la viga propia. Es el
momento de la sacudida, del despertar de la consciencia, el momento afortunado en
el que se enciende la luz y podemos ver… o no. Porque no hay mayor ciego que el
que no quiere ver.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A menudo suelo utilizar “cortos” en clase con mis alumnos y
considero que son una buena herramienta para conseguir ese despertar, esa
reflexión en el fondo propia, pero en la forma ajena. Para mí suponen una
estrategia perfecta para invitarles a enfrentar sus excusas y sus miedos. La
semilla está sembrada, que consiga o no el objetivo eso solo el tiempo lo dirá.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recientemente he descubierto una de esas “semillas” para
despertar consciencias en el cortometraje “<b>Pipas</b>” de <b>Manuela Moreno</b>. El corto
es una joya de poco más de tres minutos que recoge a la perfección este
objetivo. Una invitación en toda regla a mirarse el ombligo dirigida a los
jóvenes y también a la sociedad en general (especialmente al sector educativo)
que consiente que se expanda el virus de la ignorancia, ajena a los peligros
que ello comporta. También en esto me sirve el título del post de hoy...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/H1v-bCyeIR4/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/H1v-bCyeIR4?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-22518526961369805512013-11-19T21:31:00.000+01:002013-11-19T21:31:24.408+01:00LA INERCIA DEL “EFECTO MATEO”<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: right;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Pues yo os digo que a
todo el que tiene, se le dará; más al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará”</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVW2RdykHvGBAMhFbZ_0vs7-7PZ2NoTL_J_gJCNqHfRd83ZL-6F8xI1ZSoJz3yJZfJYGoK2Gj3b3-mzzXA5njnspOX3pebG2OtSeG4vlVk7L5_Qfchty9puz3kio38F9T9F_4DE2D9W9M/s1600/talento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVW2RdykHvGBAMhFbZ_0vs7-7PZ2NoTL_J_gJCNqHfRd83ZL-6F8xI1ZSoJz3yJZfJYGoK2Gj3b3-mzzXA5njnspOX3pebG2OtSeG4vlVk7L5_Qfchty9puz3kio38F9T9F_4DE2D9W9M/s1600/talento.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta es una conocida cita bíblica que, aunque se le atribuye
a Mateo, también fue recogida por otros evangelistas. De hecho esta cita
aparece hasta en cinco ocasiones en el Nuevo Testamento. Aparentemente la cita
se encuentra bastante alejada de los supuestos de igualdad de oportunidades y
justicia social aunque, mal que nos pese, retrata con bastante fidelidad un
efecto que suele darse con frecuencia en nuestras aulas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La cita aparece en la biblia como conclusión a la llamada
“parábola de los talentos”, en la que se cuenta como un hombre que debía salir
con urgencia al extranjero repartió de manera desigual su dinero entre sus
siervos (dando a cada cual según su capacidad, matiza el texto). De esta forma
al primero le entregó cinco talentos, a otro dos y al último solo uno. Aquellos
a los que dio más decidieron negociar con el dinero consiguiendo doblar sus
cantidades, sin embargo, al que entregó solo uno, tuvo miedo de perderlo y
decidió enterrarlo y esperar la vuelta del patrón. A su regreso los tres fueron
a recibirle y le mostraron el dinero prestado más los intereses ganados. Al
llegar el turno del último, el señor enfurecido
le recriminó su actitud y sentenció quitarle su única moneda para entregársela
a aquel que tenía más. Y es aquí donde, a modo de conclusión, aparece la
conocida sentencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el campo educativo nos encontramos con alumnos que
disponen de más o menos talentos (en este caso referidos a capacidades). Y
aunque cada cual decide invertirlos de manera diferente suele darse la pauta
común que, aquellos que más “talentos” tienen suelen aprovecharlos para hacerlos
crecer, mientras los que menos tienen suelen mostrarse más precavidos, más
conservadores, y no suele ser infrecuente, que acaben incluso perdiendo lo poco
que tenían. Este efecto, aplicado en concreto al proceso de aprendizaje de la
lectura, se le denominó en psicología como <b>Efecto
de san Mateo</b>, que consistiría en la traslación a la práctica educativa del
consabido “<i>dinero llama a dinero</i>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Aquellos alumnos con facilidad para aprender y que
experimentan éxitos tempranos suelen convertirse en buenos estudiantes, buenos
negociantes según la parábola, que van doblando su capital inicial, mientras
que, aquellos que fruto de sus escasos talentos fracasan en la adquisición de
la lectura (sería aplicable a cualquier aprendizaje instrumental), suelen
iniciar una espiral descendente que les lleva a acumular decepciones en varias
parcelas. Llegado el momento de la evaluación, el regreso a casa del patrón,
los comentarios a pie de boletín se encargan de parafrasear la bíblica cita:
“Al que tiene…”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQFfvcZXRBzz0KHpiJcLKc1hfo-UIR0TAjQzlKDQ9COY-f0UePxsrr_l_t9MCPpncue_VRKRHDzCSO0Tfm_DhRvSBnUVADODsyoPV92Q-SLOtlOY5vJjwHQCVkl5OPaakryc9OHvmdxr0/s1600/JUSTICIA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQFfvcZXRBzz0KHpiJcLKc1hfo-UIR0TAjQzlKDQ9COY-f0UePxsrr_l_t9MCPpncue_VRKRHDzCSO0Tfm_DhRvSBnUVADODsyoPV92Q-SLOtlOY5vJjwHQCVkl5OPaakryc9OHvmdxr0/s320/JUSTICIA.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es por ello que la Educación debe atender a este efecto e intentar
compensar su incidencia, ejercer una función correctora destinando, por
ejemplo, más recursos a aquellos que más lo necesitan. Y además, este “<i>reparto
extra de talentos</i>” debe producirse en edades tempranas, evitando así que el
miedo paralice a estos alumnos y les dé por “enterrar” su único talento con tal
de no perderlo. Facilitar y reforzar experiencias de éxito tempranas estimulará
a los alumnos menos talentosos a abandonar esta zona de inseguridad y los
animará a poner en juego sus escasos recursos para poder, como el resto de sus
compañeros, disfrutar del hecho de poner su talento a producir. Con ello estaremos
invirtiendo la inercia del pernicioso efecto Mateo y siendo más justos con los
alumnos y... sus talentos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-39850436784096288702013-11-13T12:02:00.003+01:002013-11-13T12:02:50.003+01:00UN CUENTO PARA DESPERTAR A LOS PADRES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvXTx6WoKIJ3bv0i7bWnPvmilCmKJfgBWSJ_8OuIuke4N4DefPa94z94q0_RE68XWs3piANexethWDRW4RUkoLol69cbOtnsF8Wgf3aNChvJ2ELsNjkTcZhYQQ_9BVeVjKODLsNBHXLGA/s1600/Escultura+de+la+familia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvXTx6WoKIJ3bv0i7bWnPvmilCmKJfgBWSJ_8OuIuke4N4DefPa94z94q0_RE68XWs3piANexethWDRW4RUkoLol69cbOtnsF8Wgf3aNChvJ2ELsNjkTcZhYQQ_9BVeVjKODLsNBHXLGA/s320/Escultura+de+la+familia.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Solemos asociar los cuentos con fantásticas historias que
contamos a nuestros hijos a la hora de acostarlos, y que esperamos les abran la
puerta a un mundo de fantasía y sueños. Así a través de estas, aparentemente
insignificantes historias, conseguimos crear momentos mágicos de complicidad y cercanía
con nuestros pequeños. Sin embargo existen otros cuentos, otras historias, que
más allá de abrirnos las puertas de los sueños nos despiertan a la vida, nos
sacuden la consciencia y nos invitan a mirarnos por dentro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estos cuentos para despertar, que suelo utilizar a menudo en
el blog, son una invitación a detenerse en el camino, a pensar sobre lo que
somos y hacemos y lo que creemos ser. Una llamada a la necesaria reflexión que
nos permite madurar, crecer interiormente y sentir más coherencia entre
nuestros valores, pensamientos y acciones. Esta reflexión se hace más
imprescindible si cabe cuando hablamos de educación. La transcendental
influencia que como educadores ejercemos sobre nuestros alumnos o hijos nos obliga
a comprometernos en ese proceso de mejora constante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recientemente publiqué <span style="color: blue;"><u><a href="http://lamariposayelelefante.blogspot.com.es/2013/10/un-cuento-para-despertar-los-profesores.html">un cuento para despertar a los profesores</a></u></span>, adaptando una historia de Elizabeth Silance Ballard, que
rápidamente se convirtió en la entrada más visitada del blog. Hace algunos
meses ya había publicado <u><span style="color: blue;"><a href="http://lamariposayelelefante.blogspot.com.es/2012/05/un-cuento-para-despertar-los-alumnos.html">un cuento para despertar a los alumnos</a></span></u> y, como la serie
estaba incompleta, hoy el cuento lo dedico a la tercera pata de la mesa educativa:
los padres. El cuento dice así…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Un joven matrimonio entró en uno de las mejores tiendas de
juguetes de la ciudad. Los dos estaban entretenidos mirando, sin prisas, todos
los juegos y juguetes apilados en las estanterías. Había muñecas que lloraban y
reían, juegos electrónicos, construcciones, peluches gigantes, instrumentos
musicales… pero no acababan de decidirse. Al acercarse la dependienta, la
esposa le preguntó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-Perdone señorita, tenemos una niña pequeña, pero estamos
casi todo el día fuera de casa y, a veces incluso hasta de noche.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-Es una cría que apenas sonríe – añade el marido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-Quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz – añade la
esposa – algo que le diera alegría aun cuando no podamos estar más tiempo con
ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-Lo siento- sonrió la dependienta- pero aquí no vendemos
padres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-size: medium;"><span style="line-height: 115%;">*IMAGEN: Escultura de la familia de Manuel </span><span style="line-height: 21.111112594604492px;">García</span><span style="line-height: 115%;"> Linares. Gijón.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-88310234634851426122013-11-06T18:30:00.000+01:002013-11-06T18:30:00.743+01:00EDUCAR DESDE EL INTERIOR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIz1RLIms6JRoSbRYOntZp2_7Vg-tQT3K3i3I5nK2OxvNc1CY5QRFMltlzlswnc9K_9p2t0QSvU2lbqaHyGF-6h5-iWoasmvEbjD66PblXILZM7ek8PSOwAFPPSA3nvr5a3uyr-XXrSTw/s1600/semilla-germinando.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIz1RLIms6JRoSbRYOntZp2_7Vg-tQT3K3i3I5nK2OxvNc1CY5QRFMltlzlswnc9K_9p2t0QSvU2lbqaHyGF-6h5-iWoasmvEbjD66PblXILZM7ek8PSOwAFPPSA3nvr5a3uyr-XXrSTw/s320/semilla-germinando.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Durante décadas los psicólogos se han visto enzarzados en una
contumaz controversia entre el peso de la herencia y el ambiente en la
conducta. Así, ambientalistas e innatistas, han defendido obstinadamente
posturas antagónicas. Los psicólogos conductistas defendieron hasta el extremo
la importancia de los factores ambientales, llegando al extremo de asegurar que
a través del entrenamiento adecuado se podía obtener cualquier resultado
deseado (<span style="color: blue;"><u><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/John_Broadus_Watson">sólo cabe recordar la famosa afirmación de Watson</a></u></span>), prescindiendo de
variables como el talento o la vocación. </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Desde este punto de vista, la aplicación de
las técnicas de modificación de conducta al sistema educativo
(premios/castigos) permitía diseñar un patrón ideal de comportamiento al que
todos los alumnos, con pequeñas variaciones, podrían ajustarse. Este sistema
educativo, basado en el exhaustivo diseño y control de todos los elementos del
curriculum, incluyendo por supuesto el metodológico, permite asignar a la
educación la capacidad creadora propia del profesor Frankenstein. </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">La <i>“educación productora”</i> se desarrolló al
amparo de la revolución industrial posibilitando cubrir el suministro de
trabajadores medianamente cualificados a las empresas. </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Si bien también es cierto que esta demanda
posibilitó el nacimiento de sistemas educativos universales, dirigidos a la
totalidad de la población.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por contra, los innatistas defendían el determinismo
genético, asegurando que de la misma manera que nuestra herencia determina
nuestra altura o color de ojos, condiciona igualmente nuestra inteligencia o
sociabilidad. Llevadas al extremo, estas teorías llegaron a demostrar la
supremacía intelectual de unas razas sobre otras, defendiendo por tanto, la
inutilidad de determinadas inversiones en colectivos “infradotados”
genéticamente. Estos presupuestos aplicados a la educación servirían para
defender propuestas basadas en la segregación y la atención diferenciada a los
alumnos en función de variables como la raza o el sexo, ajustando así los
objetivos a las expectativas previas. Esta “<i>Educación sentenciadora</i>” también dejó
su impronta en varios modelos educativos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, con el paso del tiempo, las posiciones han ido
moderándose y al tiempo que las evidencias científicas demostraban el enorme
peso de la herencia en las variables conductuales, aparecía el término de
neuroplasticidad para atenuar su influencia y abrir nuevamente la puerta a los
factores ambientales. Las recientes
aportaciones de la neurociencia suponen encontrar el necesario punto de
encuentro y consenso entre ambas corrientes.
La herencia reparte las cartas pero es el ambiente el que decide las
reglas del juego. Utilizando el mundo vegetal como ejemplo, la semilla sólo
germina si encuentra las condiciones adecuadas para hacerlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las recientes aportaciones van más allá al afirmar que el
aspecto verdaderamente fundamental se encuentra en la interacción entre ambos
aspectos. Así, lo realmente posibilitador es cómo el ambiente interactúa con la
predisposición genética, llegando incluso a poder modificarla. Por ello
hablamos de plasticidad cerebral.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estas observaciones tienen una importancia capital para el
campo educativo, pues descartan de manera contundente las teorías de “<i>tabula
rasa</i>” en las que se compara al niño con una vasija vacía que hay que llenar de
contenido. La neurociencia demuestra que los niños vienen con “equipamiento de
serie”, con predisposiciones genéticas, con respuestas y preferencias
programadas. Ello convierte a cada niño en un ser diferencial y único, y que
consecuentemente necesitará de estímulos ambientales diferentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Un sistema educativo de “café para todos”, que ostente falsas
pretensiones de universalidad y justicia al ofrecer a todos sus alumnos un
curriculum común es, en realidad, una de las mayores afrentas posibles a la
igualdad de oportunidades. Tratar a todos por igual supone ignorar la condición
diferencial de cada individuo, dejar de atender sus talentos y necesidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todos los niños vienen programados para el aprendizaje, esta
es su principal herramienta para la supervivencia. El bebé nace con casi todo
por aprender, necesita de la estimulación del entorno para desarrollar sus
potencialidades. Privados de esa adecuada estimulación habrá capacidades que no
llegarán a desarrollarse nunca. Es por ello que la educación debe ser sensible
a estas necesidades y actuar en consecuencia, de lo contrario se hará realidad
la triste sentencia atribuida a George Bernard Shaw, “<i>Desde muy niño tuve que
interrumpir mi educación para ir a la escuela.</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-68396109725929447322013-10-30T12:00:00.000+01:002013-10-30T12:00:02.817+01:00GRU, AGNES Y EL COACHING EDUCATIVO.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQINAOo7ncLi9iiFnZ6Yb6x75QwuHZzKl20XFyA5xVlu1CI6YTLwwNWrkSgbDJBWNbdWeNYw7qdfHL3y-fT-OukLeYLVfIxLGmTqXDaAP6aYWx9wVLgbzEAQAJGQSicg0HNmXIIDltHA/s1600/gru+y+agnes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="163" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQINAOo7ncLi9iiFnZ6Yb6x75QwuHZzKl20XFyA5xVlu1CI6YTLwwNWrkSgbDJBWNbdWeNYw7qdfHL3y-fT-OukLeYLVfIxLGmTqXDaAP6aYWx9wVLgbzEAQAJGQSicg0HNmXIIDltHA/s320/gru+y+agnes.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">A veces uno no sabe qué es más complicado: si salvar al mundo
de su segura destrucción o hacerse cargo de la educación de unos pequeños. Sino
que se lo pregunten a Gru, el protagonista de la película “Mi villano favorito”.
Aunque tal vez no haya muchas diferencias entre ambos desafíos… ¿no creen?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Educar a tres pequeñas se convierte en el reto más difícil al
que Gru ha tenido que enfrentarse nunca. Frente a ello, robar la luna o desbaratar
los planes de un peligroso villano son simples juegos de niños. Sin embargo,
nada le resulta más enriquecedor y transformador como encargarse de las
pequeñas Margo, Edith y Agnes. Las niñas acaban convirtiendose en maestras del
villano. Su inocencia y sencillez lo transforman.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En una escena de la película (Mi villano favorito 2) Gru está
sentado en la escalera a la puerta de su casa. Llueve a mares y está
completamente empapado, pero parece no importarle. Lucy, su compañera de
investigación, acaba de decirle que ha aceptado una oferta para irse a la
mañana siguiente a trabajar al extranjero. Nunca más volverá a verla. Esa
despedida sirve para despertar la consciencia de Gru con respecto a sus
verdaderos sentimientos hacia ella: la quiere y está a punto de perderla. Se
encuentra atrapado, confundido, se debate entre buscarla y sincerarse con ella
o acallar sus sentimientos y dejarla marchar. La lluvia cae con fuerza, pero
poco importa, Gru está junto a sus pensamientos a kilómetros de distancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En ese momento aparece la pequeña Agnes agarrada a su
unicornio de peluche. Se acerca y le pregunta qué le pasa. El villano regresa
de su mundo de preocupaciones y explica lo que le sucede a la niña. En ese
instante la pequeña, con su dulce vocecita, le pregunta: <i>¿Hay alguna cosa que
yo pueda hacer? - No cariño</i> - contesta Gru sonriendo, conmovido por el
ofrecimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cuando parece que la conversación ha terminado, la pequeña
Agnes insiste de nuevo con su mismo tono ingenuo: <i><b>Y, ¿hay alguna cosa que tú
puedas hacer? </b></i>La pregunta lo descoloca. La pregunta despierta su
responsabilidad. Depende de él luchar por lo que quiere y, está a tiempo de
intentarlo. Es el momento de la acción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Creo que esta escena retrata con claridad el proceso de
coaching educativo. El cambio, el aprendizaje, nace de la consciencia, de la
necesidad, nace del interior del alumno. No se puede imponer ni forzar el
aprendizaje, al menos el duradero. Es el alumno, como protagonista de su
aprendizaje, quien debe dotar de significado aquello que está aprendiendo. Sin
ese despertar de la consciencia y la responsabilidad que consigue Agnes con un
par de preguntas, no puede darse aprendizaje ni cambio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En esta escena, las preguntas de Agnes son como las piedras
que al golpearlas producen la chispa que prende en el desánimo de Gru. Atrapado
en su desconcierto, necesita de ese estímulo para ponerse en movimiento. Necesita
que alguien lo rescate del mundo de excusas y lamentaciones en el que
seguramente se está sumergiendo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así, la principal función de los maestros no es explicar y
mostrar los contenidos, sino despertar ese fuego, esa necesidad en sus alumnos.
La cuestión transcendental no es el qué, sino el para qué. Los niños son
innatamente curiosos, vienen de serie programados para aprender, no en vano de
ello depende su supervivencia en los primeros años. Si somos capaces de canalizar
esta curiosidad, su <u><span style="color: blue;"><a href="http://lamariposayelelefante.blogspot.com.es/2013/02/educar-en-el-asombro.html">capacidad de asombro como dice Catherine L’Ecuyer</a></span></u>, podremos
concederles el papel protagonista, el de creadores de su proceso de
aprendizaje.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No se trata de ofrecer todas las respuestas (¿acaso las
tenemos?), sino de plantear las
preguntas adecuadas. Así visto, el maestro no es alguien que resuelve dudas,
sino alguien que las genera y aviva. Maestro no es quien indica el camino,
sino quien invita a explorar uno nuevo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-48533954406429258002013-10-22T12:00:00.000+02:002013-10-22T12:47:20.141+02:00ACOSTAR AL NIÑO EN LA CAMA DE PROCUSTES.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhphqdQkF0qiIZaHklwkIzewaUvPJGV7YOLxCvox0NfCeR8-3-0blRiPtSIR6-saM6aFMQzCKXxhFIeBbHAjevp2EHYwT1tBw3hggZlU6xBJj2ruCAhH6NAEmjlOwzEB5epuZOl6GoaF4A/s1600/ni%C3%B1o+en+la+cama.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhphqdQkF0qiIZaHklwkIzewaUvPJGV7YOLxCvox0NfCeR8-3-0blRiPtSIR6-saM6aFMQzCKXxhFIeBbHAjevp2EHYwT1tBw3hggZlU6xBJj2ruCAhH6NAEmjlOwzEB5epuZOl6GoaF4A/s320/ni%C3%B1o+en+la+cama.jpg" width="198" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuenta la mitología griega que cuando Teseo cumplió dieciséis
años su madre le confió el secreto de su verdadera paternidad. Etra le reveló
que en realidad era hijo de Egeo, rey de Atenas, y que su padre había dejado
unos regalos para él escondidos bajo una pesada roca, de forma que solo pudiera
recogerlos cuando fuera lo suficientemente fuerte como para levantarla. El joven
Teseo, tras recoger los presentes que su padre consideraba necesitaría para su
viaje (unas sandalias y una espada), inicia el peligroso camino desde su ciudad
natal de Trecén hasta Atenas para conocer a su padre y reclamar su derecho al
trono.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Este camino se convierte en un viaje iniciático para el joven
Teseo quien deberá enfrentarse en solitario a decenas de salteadores y asesinos
durante su camino, a cada cual más despiadado y sanguinario. Uno de los últimos
personajes con los que se encuentra en su camino es con el viejo Procustes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Procustes disponía de una casa en las colinas cerca de
Atenas, y de manera amable acostumbraba a ofrecer posada a todos los viajeros
que se encontraban a las puertas de la ciudad, agotados tras el largo viaje. Tras
la reparadora cena, Procustes ofrecía al viajero una cama de hierro en la que
poder pasar la noche. Sin embargo, en mitad de la noche, mientras el viajero
dormía, el sádico Procustes ataba al desgraciado a su cama. Si el viajero era
más alto que la medida de la cama, Procustes procedía a serrar las partes del
cuerpo que sobresalían. Si, por el contrario era de menor longitud, se dedicaba
a quebrarle los huesos a martillazos para posteriormente estirar su cuerpo, de
forma que de una u otra manera, el desdichado acabara teniendo la medida exacta
de su metálica cama. Algunas versiones recogen que el despiadado Procustes
tenía en realidad dos camas, por lo que nunca nadie encajaba a la perfección en
ella. Finalmente fue Teseo quien dio de probar a Procustes de su propia
medicina cuando, tras engañarlo, acabó con su vida atándolo en aquella misma
cama.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Procustes sufría una enfermiza obsesión a “ajustar” todo a una
medida establecida y, además, se enorgullecía de tener un método rápido para
conseguirlo. Todos los viajeros que tenían la mala fortuna de aceptar su
invitación acababan destrozados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Salvando lo “salvaje” de la comparación, a menudo, el sistema
educativo actúa de forma parecida. Los alumnos son amablemente hospedados en
sus aulas para, acto seguido, proceder a su evaluación y comparación con las
medidas oficiales, escrupulosamente descritas en forma de objetivos curriculares,
para a continuación determinar si es necesario amputar o estirar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El sistema educativo abusa de la comparación constante entre
el alumno y la norma, prescindiendo en muchas ocasiones de la más importante de
las comparaciones, la del alumno consigo mismo. Comparar el ritmo de
aprendizaje de un alumno con el resultado esperado, normalizado, acaba
pervirtiendo el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera casi tan cruel como
los métodos utilizados por el “hospitalario” Procustes. En primer lugar porque
no se tienen en consideración suficiente los diferentes ritmos madurativos de
cada niño y, en segundo lugar, porque esa medición no atiende por igual a todos
los aspectos del desarrollo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los niños son invitados a acostarse en una cama que los
medirá, comparará, evaluará y juzgará. Si el niño tiene la fortuna de ajustarse
a la normalidad, la cama será benevolente con él y dejará que tenga felices
sueños. Sin embargo, si sus medidas, bien por defecto o por exceso no coinciden
con las propuestas, esta se convertirá en la cama de clavos del faquir haciéndoles
sufrir dolores y pesadillas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los niños no deben ser evaluados y etiquetados, sino
observados y comprendidos. No basta con
disponer de camas de varios tamaños, que siempre es un primer paso, sino que lo
ideal sería que cada niño dispusiera de las herramientas para poder construir
aquella cama en la que se encuentre más cómodo. Mientras esto llega cuesta poco
preguntar a los niños que tal han dormido, porque a veces nos creemos tan “inteligentes”
que no necesitamos ni preguntar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-65120721835100934032013-10-11T13:50:00.000+02:002015-09-17T12:34:45.687+02:00DESILUSIONADOS.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPHWA5vyP6rIyVjjkFO9eqqUUo0vMxtTUAxpBpz6WKhQg6ISeNOxlv42F6q3v84GjZ2_kOCeSlT6q6JuTvtyfZMtMjEltgTR7YVee3YoTSWDy5AU2fnLfqA-ceWhGbQIabDXNEt0l_uP0/s1600/AULLAR.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPHWA5vyP6rIyVjjkFO9eqqUUo0vMxtTUAxpBpz6WKhQg6ISeNOxlv42F6q3v84GjZ2_kOCeSlT6q6JuTvtyfZMtMjEltgTR7YVee3YoTSWDy5AU2fnLfqA-ceWhGbQIabDXNEt0l_uP0/s1600/AULLAR.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Generalmente cuando valoramos la eficacia de un sistema
educativo el primer dato que tenemos en cuenta es el del porcentaje de alumnos
que finalizan las diferentes etapas en que se divide. De esta forma definimos
el fracaso escolar como la cantidad de alumnos que no consiguen finalizar sus
estudios, que no consiguen superar al menos el nivel de la enseñanza
obligatoria. Así, si observamos las diferentes estadísticas que comparan los
resultados educativos entre países observaremos como la variable que se utiliza
en estos estudios es el porcentaje de fracaso. De esta manera, los países
aparecen ordenados en un ranking de menor a mayor puntuación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Atendiendo a esta variable cuantitativa se sobreentiende que
todos aquellos que logran superar los diferentes niveles forman parte del grupo
de “éxito”, mientras que los que no lo consiguen son etiquetados como
fracasados. Este planteamiento, bastante coherente con la lógica académica, condena
a entender la eficacia del sistema en términos binarios, de 0 y 1, el que saca
más de un 5 sigue, el que no se queda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Además estas mediciones suelen realizarse fijándose en la
parte negativa de la ecuación, en los que se quedan, en los que fracasan. Esta
forma de medir, un tanto paradójica, se utiliza también en otros ámbitos. Así
por ejemplo analizamos la evolución del mercado laboral atendiendo al número de
parados (rara vez al de activos). Este tipo de planteamientos no son tan inocuos
como pudiera pensarse, puesto que esconden la trampa de dar por supuesto que todo
aquel que no tiene frío tiene calor. Todo el que no aparece inscrito como
demandante en los servicios públicos de empleo es porque está trabajando (lo
cual es evidentemente falso y de ahí las diferencias entre las estadísticas del
INEM y la EPA) y, de la misma manera, da por supuesto que todo aquel que ha
finalizado sus estudios es “académicamente exitoso”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Focalizar la atención en el fracaso predispone a la
corrección. Se analizan las causas y los motivos por los cuales los alumnos
abandonan o no superan los niveles establecidos y se diseñan estrategias
correctoras con vistas a reducir su incidencia. Así, se atienden desigualdades,
diversidades, dificultades y desmotivaciones, como factores causantes del
fracaso. Analizamos que estamos haciendo mal e intentamos corregirlo. Sin
embargo, siendo todo ello necesario, este planteamiento deja al descubierto el
flanco opuesto. Obsesionados en corregir el fracaso, desatendemos a aquellos
alumnos que van “trepando” con más o menos dificultad por la pirámide
educativa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Porque la calidad del sistema educativo no se mide solo con
variables cuantitativas, sino también cualitativas. Siendo un objetivo loable e
importante conseguir que cada vez más alumnos alcancen los niveles básicos de
enseñanza, no lo es menos detenerse a reflexionar sobre que sucede con aquellos
“exitosos” que finalizan sus estudios. Porque mayoritariamente el sistema
educativo se nutre de alumnos que van superando niveles, que van acumulando
expectativas y sueños, que invierten ahorros, esfuerzos, esperanzas y tiempo
confiados en la promesa educativa por excelencia: La educación es la llave que
abre la puerta del futuro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Durante esta semana la casualidad, o no, ha querido que se
cruzaran en mi camino dos historias muy distintas, en apariencia superficiales,
que para mí recogen la esencia del fracaso educativo que no aparece en las
estadísticas. Y puede ser que la palabra que mejor describa ambas situaciones
no sea la de fracaso, sino otra mucho más pesada y dolorosa: <b>Desilusión</b>. No hay estadísticas ni
gráficas que la midan, no hay encuestas que pregunten por ella, no hay un
ranking de países de la OCDE ordenado por desilusión académica, pero no hay que
ser muy astuto para saber que, al menos en España, es una variable que cotiza
al alza. Para mí esta es la característica que enlaza ambas historias: la rabia,
el desengaño, la estafa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estas dos historias a las que me refiero son el original y
emotivo relato de dos paisanos recogido en el vídeo “<i>la sorpresa</i>” y la
contundente y ácida letra de la canción de Melo “<i>Me cago en la biología</i>”. Ambos
suponen una bofetada a un sistema que no ha sabido estar a la altura, que hace
aguas no solo por los elevados porcentajes de fracaso, sino también por los
altos índices de desilusión que genera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Mientras concentremos toda nuestra atención y nuestros
esfuerzos en medir parados, fracasados, corruptos y déficits, continuaremos
atrapados en una espiral de desánimo y abatimiento. Mientras, aquellos que
soñaban con dar de comer a los pingüinos del zoo o con realizar sus proyectos
profesionales cerca de los suyos, verán marchitarse sus ilusiones, verán crecer
su desencanto y su rabia. Ellos no formaron nunca parte de la estadística del
fracaso, sino del éxito. Aunque su éxito consista en haber sido capaces de acumular
cientos de conocimientos inútiles y el aprendizaje de un idioma lo único que
les ha abierto las puertas, aún a costa de pagar un alto precio. Ellos no serán
nunca fracasados, serán desilusionados, lo cual, tristemente, es mucho más
doloroso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/HYIK1Idl-Og/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/HYIK1Idl-Og?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/qxu5W4bj4I8/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/qxu5W4bj4I8?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-69339305907960120322013-10-02T12:06:00.003+02:002013-10-02T12:06:49.903+02:00UN CUENTO PARA DESPERTAR A LOS PROFESORES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsYD1Xvz3zVkBcRScEly-QnIN2hgxTI0LkwhLy5lIuOg-RKrPZZj_qgnIesiWERz7uX2MU6LTMHeMy3biLW0_Tuwn70096xErTegIiEasCFS9cYjg-pla9HAbXpWRelAvkssLOxqyLj00/s1600/monumento+al+maestro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsYD1Xvz3zVkBcRScEly-QnIN2hgxTI0LkwhLy5lIuOg-RKrPZZj_qgnIesiWERz7uX2MU6LTMHeMy3biLW0_Tuwn70096xErTegIiEasCFS9cYjg-pla9HAbXpWRelAvkssLOxqyLj00/s320/monumento+al+maestro.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Una de las entradas más visitadas (espero que también leídas)
del blog es <u><span style="color: blue;"><a href="http://lamariposayelelefante.blogspot.com.es/2012/05/un-cuento-para-despertar-los-alumnos.html">un cuento para despertar a los alumnos</a></span></u>. Pero, como recientemente he
descubierto, nadie puede despertar a otros si uno todavía está dormido, esta
entrada estaba incompleta. Hace unos días encontré su “media naranja”, la historia
que habla de la otra cara de la moneda… un cuento para despertar a los maestros.
La historia que acompaño está adaptada del texto “<b>Three letters from Teddy</b>” de
<b>Elizabeth Silance Ballard</b>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A todos los “profes”… ¡Feliz despertar!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Aquella mañana la
señorita Thompson fue consciente de que había mentido a sus alumnos. Les había
dicho que ella les quería a todos por igual pero, acto seguido se había fijado
en Teddy, sentado en la última fila, y se había dado cuenta de la falsedad de
sus palabras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La señorita Thompson había estado observando a Teddy el curso
anterior y se había dado cuenta que no se relacionaba bien con sus compañeros y
que tanto su ropa como él parecían necesitar un buen baño. Además el niño acostumbraba
a comportarse de manera bastante desagradable con sus profesores. Llego un
momento en que la señorita Thompson disfrutaba realmente corrigiendo los
deberes de Teddy y llenando su cuaderno de grandes cruces rojas y bajas
puntuaciones. Sin duda era lo que merecía por su dejadez y falta de esfuerzo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En aquel colegio era obligatorio que cada maestro se
encargara de revisar los expedientes de los alumnos al inicio de curso, sin
embargo la señorita Thompson fue relegando el de Teddy hasta dejarlo para el
final. Sin embargo al llegarle su turno, la profesora se encontró con una
sorpresa. La profesora de primer curso había anotado en el expediente del
chico: “<i>Teddy es un chico brillante, de risa fácil. Hace sus trabajos
pulcramente y tiene buenos modales. Es una delicia tenerle en clase</i>.” Tras el
desconcierto inicial, la señorita Thompson continúo leyendo las observaciones
de los otros maestros. La profesora de segundo había anotado, “<i>Teddy es un
alumno excelente y muy apreciado por sus compañeros, pero tiene problemas en
seguir el ritmo porque su madre está aquejada de una enfermedad terminal y su
vida en casa no debe ser muy fácil.</i>” Por su parte el maestro de tercero había
añadido: “<i>La muerte de su madre ha sido un duro golpe para él. Hace lo que
puede pero su padre no parece tomar mucho interés, sin no se toman pronto
cartas en el asunto, el ambiente de casa acabará afectándole irremediablemente.</i>”.
Su profesora de cuarto curso había anotado: “<i>Teddy se muestra encerrado en sí
mismo y no tiene interés por la escuela. No tiene demasiados amigos y, a veces,
se duerme en clase.</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Avergonzada de sí misma, la señorita Thompson cerró el
expediente del muchacho. Días después, por Navidad, aún se sintió peor cuando
todos los niños le regalaron algunos detalles envueltos en brillantes papeles
de colores. Teddy le llevó un paquete toscamente envuelto en una bolsa de la
tienda de comestibles. En su interior había una pulsera a la que faltaban
algunas piedras de plástico y una botella de perfume medio vacía. La señorita
Thompson había abierto los regalos en presencia de la clase, y todos rieron
mientras enseñaba los de Teddy. Sin embargo las risas se acallaron cuando la
señorita Thompson decidió ponerse aquella pulsera alabando lo preciosa que le
parecía, al tiempo que se ponía unas gotas de perfume en la muñeca. Teddy fue
el último en salir aquel día y antes de irse se acercó a la señorita Thompson y
le dijo: “<i>Señorita, hoy huele usted como solía oler mi mamá</i>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Aquel día la señorita Thompson quedó sola en la clase,
llorando, por más de una hora. Aquel día decidió que dejaría de enseñar lectura
escritura o cálculo. <b>A partir de ahora se dedicaría a educar niños</b>. Comenzó a
prestar especial atención a Teddy y, a medida que iba trabajando con él, la
mente del niño parecía volver a la vida. Cuánto más cariño le ofrecía ella, más
deprisa aprendía él. Al final del curso, Teddy estaba ya entre los más
destacados de la clase. Esos días, la señorita Thompson recordó su “mentira” de
principio de curso. No era cierto que los “quisiera a todos por igual”. Teddy
se había convertido en uno de sus alumnos preferidos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Un año después la maestra encontró una nota que Teddy le
había dejado por debajo de su puerta. En ella Teddy le decía que había sido la
mejor maestra que había tenido nunca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pasaron seis años sin noticias de Teddy. La señorita Thompson
cambió de colegio y de ciudad, hasta que un día recibió una carta de Teddy. Le
escribía para contarle que había
finalizado la enseñanza superior y para decirle que, continuaba siendo
la mejor maestra que había tenido en su vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Unos años más tarde recibió de nuevo una carta. El niño le
contaba como, a pesar de las dificultades había seguido estudiando y que pronto
se graduaría en la universidad con excelentes calificaciones. En aquella carta
tampoco se había olvidado de recordarle que era la mejor maestra. Cuatro años
después, en una nueva carta, Teddy relataba a la señorita Thompson como había
decidido seguir estudiando un poco más tras licenciarse. Esta vez la carta la
firmaba el doctor Theodore F. Stoddard, para la mejor maestra del mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Aquella misma primavera, la señorita Thompson recibió una
carta más. En ella Teddy le informaba del fallecimiento de su padre unos años
atrás y de su próxima boda con la mujer de sus sueños. En ella le explicaba que
nada le haría más feliz que ella ocupara el lugar de su madre en la ceremonia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto la señorita Thompson aceptó y acudió a la
ceremonia con el brazalete de piedras falsas que Teddy le regalará en el
colegio y, perfumada con el mismo perfume de su madre. Tras abrazarse, Teddy le
susurró al oído: “<i>Gracias, señorita Thompson, por haber creído en mí. Gracias
por haberme hecho sentir importante, por haberme demostrado que podía cambiar.”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Visiblemente emocionada, la señorita Thompson le susurró: “<i>Te
equivocas, Teddy, fue al revés. Fuiste tú el que me enseñó que yo podía cambiar.
Hasta que te conocí, yo no sabía lo que era enseñar.”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: blue;">* Imagen: Monumento al maestro. Ayuntamiento de Palencia. Escultura de Rafael Cordero.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com65tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-79675773072996288312013-09-25T12:00:00.000+02:002013-09-25T12:00:10.350+02:00MÁS ALLÁ DE LA INSTRUCCIÓN.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVFTWXqZjIIUrkxsg4USP4eMjBb24I2Do618yhSZDVYh3FHX4lCj-lA4X3OXGK8IHA1kPHM_rV-2HrUjpVwM-wqWPcU0PHFiSDaoVpe47HYIOTe6zFWbs454bB1XKt9AQtFOU3YUvBG5E/s1600/padres+e+hijos.gif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVFTWXqZjIIUrkxsg4USP4eMjBb24I2Do618yhSZDVYh3FHX4lCj-lA4X3OXGK8IHA1kPHM_rV-2HrUjpVwM-wqWPcU0PHFiSDaoVpe47HYIOTe6zFWbs454bB1XKt9AQtFOU3YUvBG5E/s1600/padres+e+hijos.gif" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Desde el momento en que se había informado del tema de la
charla y se había confirmado el nombre del ponente, la expectación había ido en
aumento. Varios minutos antes de la hora prevista la sala había agotado su
aforo y las últimas personas en llegar tendrían que quedarse de pie para poder
escuchar el discurso. Sin duda todo un éxito para los organizadores.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El conferenciante, un reconocido profesor, acudía precedido
del éxito de ventas de su último libro, en el que desgranaba consejos sobre
cómo educar. No era de extrañar por tanto, que el salón de actos estuviera
completamente abarrotado de parejas expectantes. La gran mayoría de ellos
albergaban la esperanza de que el ponente les revelara aquella tarde una de
esas “recetas mágicas”, una “llave maestra” para salir airosos en el difícil arte
de educar a los hijos propios (ya se sabe que con los ajenos todo es siempre
más fácil). Pasados veinte minutos de la hora señalada el conferenciante tomaba
la palabra mientras se hacía un rápido silencio en la sala.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El profesor se acercó al estrado, abrió el libro que portaba
por una página previamente marcada y empezó a leer, deteniéndose unos segundos
entre cada frase: “<i>Empiecen la disciplina
a temprana edad. Aclaren bien las reglas y refuércenlas de inmediato y con
consistencia. Refuercen la obediencia con palmaditas y con frases como “¡Qué
buen chico! O ¡Eres una buena chica!”, y después de disciplinarlos, díganles
que los quieren y que lo hicieron por su propio bien</i>”. Terminada la cita
cerró el libro y permaneció unos segundos en pie observando al auditorio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La mayoría de los asistentes cabeceaban afirmativamente
mostrando su acuerdo con el texto escuchado, intercambiaban breves comentarios
seguidos de gestos de aprobación y se mostraban satisfechos con el arranque de
la sesión. Sin duda aquella mezcla de disciplina, normas claras y refuerzo
positivo, marcaban los pilares de un modelo educativo bien definido. El
arranque de la sesión estaba a la altura de las expectativas del auditorio. Unas
pocas caras, sin embargo, mostraban cierta desilusión, la esperanza de fórmulas
mágicas parecía desvanecerse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Acallado el murmullo inicial el profesor tomó nuevamente el
libro y cerrándolo mostró la portada al público, al tiempo que repetía en voz
alta su título: <i>Cómo entrenar a su perro
doberman</i>. Esta vez el asombró dejó la sala nuevamente en silencio. Nadie
comentaba. Algunos asistentes se acomodaron de nuevo en sus asientos. Tal vez
las sorpresas no habían hecho más que empezar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La anécdota del conferenciante está basada en un hecho real
protagonizado por el profesor Norm Lee y citado por <b>Rosa Jové</b> en su “<i>Ni
rabietas ni conflictos</i>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Educar es ir más allá de la simple instrucción, ir más allá
de la simple aplicación de los principios conductistas del palo y la zanahoria.
Penalizamos las conductas a extinguir y reforzamos los comportamientos
adecuados. Con esta simple ecuación creemos controlar el rumbo de la educación
de nuestros pequeños. Sin embargo, a pocos se nos escapa que una educación
eficaz no puede quedar reducida a tal nivel de simplicidad. Definitivamente
educar no es adiestrar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Educar es una tarea complicada que huye de simplificaciones y
de magias. No existen fórmulas universales aplicables a cada niño y cada
situación. Lo que hoy funciona, mañana puede que no, y quizás sea por ello por
lo que educar a nuestros hijos es el reto más apasionante al que nos
enfrentaremos nunca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Más allá de la instrucción, más allá del aprendizaje como mecanismo de adquisición de conocimientos y habilidades, encontraremos el <b>amor incondicional</b> de los padres, de los maestros, de los cuidadores. El lugar donde el refuerzo y el cariño no se muestran condicionados al buen comportamiento (¡buen chico!). No los queremos y apreciamos por lo que hacen o dejan de hacer, sino que los queremos por lo que son. Ese respeto incondicional marca la diferencia entre el enseñar y el educar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-8073799128996718442013-09-19T12:00:00.000+02:002013-09-19T12:00:01.367+02:00LA CLASE DEL DELFÍN: Y TÚ, ¿CÓMO EDUCAS?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxg1aDzKc_S8GrGxyHTjVbLmunfw9Jw2q0ctZQ1wRmRkPuFXftcUVsknprTFv2nOinK0Itw97j_41673lBKesqGNWaa5UeClCHifBFFzqvkNDS4bb4A8qnL-5T9cwAhbD0ImWvG_xWGnY/s1600/delfin.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxg1aDzKc_S8GrGxyHTjVbLmunfw9Jw2q0ctZQ1wRmRkPuFXftcUVsknprTFv2nOinK0Itw97j_41673lBKesqGNWaa5UeClCHifBFFzqvkNDS4bb4A8qnL-5T9cwAhbD0ImWvG_xWGnY/s320/delfin.jpg" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">La parábola de la marsopa, o del delfín, es una interesante
historia narrada por George Bateson, uno de los padres de la programación neurolingüística,
que recoge las observaciones realizadas por el propio Bateson mientras estudiaba
el proceso de entrenamiento de unos delfines en Hawai. Las reflexiones extraídas
en este estudio son fácilmente extrapolables al contexto educativo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Bateson observó durante varios meses como los entrenadores
enseñaban a los delfines los trucos que debían realizar durante el espectáculo.
La “clase” comenzaba cuando el animal hacía algo inusual, como por ejemplo
saltar fuera del agua, tras lo cual los entrenadores hacían sonar su silbato y
premiaban al delfín con un pescado. Cada vez que el delfín repetía esa acción
el entrenador hacía sonar su silbato y premiaba nuevamente al animal. Pronto el
delfín aprendió que esa conducta le aseguraba un premio y por tanto la repetía
con asiduidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Al día siguiente el delfín volvió a repetir su salto
esperando obtener su pescado, pero esta vez no sucedió nada. El animal repitió
su salto varias veces hasta que aburrido desiste en sus saltos y realiza una
acción diferente, por ejemplo un giro. Inmediatamente el atento entrenador hace
sonar su silbato y premia al delfín por este nuevo movimiento. Así, el equipo
de entrenadores solo premia las piruetas nuevas. Esta pauta de funcionamiento,
indica Bateson, se repitió durante dos semanas. El delfín intenta repetir el
movimiento del día anterior esperando su pescado, y como no sucede nada realiza
un movimiento distinto que, inmediatamente es <b>reconocido </b>(silbato) y <b>premiado
</b>(pescado).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta situación resulta durante los primeros días algo
desconcertante para el animal, hasta que finalmente descubre la “lógica” del
juego: sólo se premian los movimientos diferentes. Bateson cuenta que el
decimoquinto día de su entrenamiento el delfín realizó un espectáculo tan
extraordinario que parecía haberse vuelto loco. El animal empezó a realizar
continuos movimientos diferentes realizando varias piruetas no observadas con
anterioridad con otros delfines. Finalmente había “aprendido” no sólo a
realizar nuevas conductas, sino que había comprendido las reglas sobre cómo y cuándo
producirlas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Uno de los puntos importantes que recoge Bateson en sus
observaciones es que, durante las dos semanas del entrenamiento, observó como
el entrenador arrojaba pescado al delfín sin motivo aparente. Preguntado el
entrenador por esta cuestión le informó: “<i>Esto lo hago para mantener mi
relación con él. Si nuestra relación no fuese buena, el delfín no se molestaría
en aprender nada.</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Algunas de las conclusiones que se extraen del estudio de
Bateson son:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En este caso el objetivo de los entrenadores no es que el
delfín aprenda a hacer tal o cual pirueta, su objetivo es mucho más ambicioso:
Pretenden que el animal sea creativo, que innove. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Tan importante es la tarea (movimiento nuevo) como la
relación. Que el delfín esté interesado en participar en el “juego” depende de
que la relación entre ambos sea positiva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lo que los entrenadores pretenden es que el delfín <b>aprenda a
aprender</b>, que comprenda las “reglas del juego”. No importa la dificultad de la
pirueta realizada, sino la innovación, el hacer algo distinto. Se fomenta la
iniciativa y la originalidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En este proceso de aprendizaje, el delfín recibe información
(el sonido del silbato le indica que es lo que ha hecho bien) y refuerzo
(pescado). Así el animal entiende cuando hace algo esperado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Finalmente, no se utiliza ningún tipo de <b>castigo </b>para
corregir conductas. Es decir, mientras que el animal no hace movimientos nuevos
o mientras se empeña en repetir los aprendidos el día anterior, no se le aplica
ningún castigo (no se le ofrece pescado podrido), sencillamente no se le presta
atención.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si comparásemos la “<i>clase
del delfín</i>” con nuestro trabajo como maestros y profesores, o con nuestra
forma de comportarnos con nuestros hijos…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cuál es nuestra intención como maestros? ¿Les decimos a los
niños la “pirueta” que tienen que aprender o les dejamos margen para que
muestren su creatividad?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cuidamos la relación de la misma manera que atendemos la
tarea? ¿Tenemos tiempo de “dejar caer” algunos pescados fuera de nuestro tiempo
de entrenamiento para cuidar la relación?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Ofrecemos información y premiamos cada comportamiento
esperado o positivo de nuestros alumnos o mostramos más predisposición a
atender los comportamientos negativos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Posibilitamos, buscamos la iniciativa en nuestros alumnos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Abusamos del “pescado podrido” para corregir los
comportamientos no deseados, aún a cambio de sacrificar la relación y que
nuestros “delfines” desistan en su interés por aprender?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><i>* La investigación de Bateson está recogida en el libro "Coaching" de Robert Dilts.</i></span><br />
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-73374154003052453512013-09-17T00:00:00.000+02:002013-09-17T00:00:00.819+02:00¿QUÉ HARÍAS SI PUDIERAS MODIFICAR EL SISTEMA EDUCATIVO?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKfLRyvmM0brMsyyxLkD5zkA8isy5dbxs1DSbxp4unCaVm5UHwGOG2Bw50BSLEif0P9dbnKZjKpB-rStJ0eRd0KpizpWZKJRuUl-iRU0jasXJxI6cZxydSurEjrakDXqoQjfZ6udcaKUw/s1600/sistema-educativo1.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKfLRyvmM0brMsyyxLkD5zkA8isy5dbxs1DSbxp4unCaVm5UHwGOG2Bw50BSLEif0P9dbnKZjKpB-rStJ0eRd0KpizpWZKJRuUl-iRU0jasXJxI6cZxydSurEjrakDXqoQjfZ6udcaKUw/s320/sistema-educativo1.png" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Seguramente habrán sido incontables los pedagogos, políticos,
economistas, psicólogos y pensadores en general que se habrán formulado esta
pregunta proponiendo infinidad de mejoras y modificaciones a nuestra manera de
enseñar. Cada cual desde su punto de vista y atendiendo a diferentes
prioridades habrán puesto el foco de atención en aspectos diferentes, y todos
habrán coincidido a la hora de dejar al descubierto las vergüenzas de un
sistema educativo cuyos resultados dejan bastante que desear. En educación pasa
como en el fútbol, cada cual cree tener su propia receta milagrosa para conseguir
que su equipo encadene una victoria tras otra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si bien es cierto que todo es siempre mejorable, en el tema
de la educación se observa durante las últimas décadas una preocupante deriva, una
ausencia de criterios que definan la dirección a tomar. Cada cambio de
gobierno, cada nueva ley parece fundamentarse en el conocido principio del “donde
dije digo” para reformular los principios pedagógicos que sustentan el proceso
de enseñanza-aprendizaje, como si la ciencia se rigiese por criterios
ideológicos. Todos los que se hacen cargo del rumbo educativo del país parecen
conocer la solución al problema, que pasa indefectiblemente por hacer justo lo
contrario de lo que se estaba haciendo hasta entonces, que era catastrófico. Y
así nos va, discutiendo acaloradamente sobre el contenido y sobre el continente,
dando un magnífico ejemplo a nuestros jóvenes. Cada poco aparece un concepto
milagroso dispuesto a convertirse en redentor de todos los males educativos:
las competencias, la ciudadanía, las TIC, la educación en valores, el trilinguismo,
la evaluación externa, la cultura del esfuerzo,…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lo que dudo que se haya hecho en muchas ocasiones es
preguntar abiertamente a los propios alumnos, a los clientes del sistema, a los
principales interesados, qué cambiarían ellos del sistema educativo.
Evidentemente no me refiero a pasar unos cuestionarios de satisfacción de 25
ítems a valorar en función del grado de acuerdo/desacuerdo con la afirmación
planteada. Me refiero a formular la pregunta sin condicionantes, como en una
prueba de desarrollo de pregunta única: ¿Y tú cómo lo harías? Es seguro que las
respuestas nos sorprenderían.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recientemente he descubierto un texto de Salinger, el de “El guardián
entre el centeno”, que tan brillantemente supo retratar el descontento de la
adolescencia, en el que se plantea esta cuestión. En el cuento “<i>Teddy</i>”, uno de los personajes le
pregunta al joven protagonista de la historia esta cuestión: <i>¿qué harías si pudieras modificar el sistema
de enseñanza?</i> El autor da voz a su joven protagonista y, mucho me temo, que
su respuesta inicial no diferiría mucho de la que obtendríamos hoy, sesenta
años después. La respuesta de Teddy, que reproduzco a continuación, abre la
puerta a un emocionante y poco explorado camino en el campo educativo…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-“Bueno… no estoy muy
seguro de lo que haría. Lo que se es que no empezaría con las cosas con que por
lo general empiezan las escuelas. (…) Creo que primero reuniría a todos los
niños y les enseñaría a meditar. Trataría de enseñarles a descubrir quiénes
son, y no simplemente cómo se llaman y todas esas cosas… Pero antes, todavía,
creo que les haría olvidar todo lo que les han dicho sus padres y todos los
demás. Quiero decir, aunque los padres les hubieran dicho que un elefante es
grande, yo les sacaría eso de la cabeza. Un elefante es grande solo cuando está
al lado de otra cosa, un perro, o una señora, por ejemplo -Teddy recapacitó
durante otro instante-. Ni siquiera les diría que un elefante tiene trompa.
Cuanto más, les mostraría un elefante, si tuviera uno a mano, pero los dejaría
ir hacia el elefante sabiendo tanto de él como el elefante de ellos. Lo mismo
haría con el pasto y todas las demás cosas. Ni siquiera les diría que el pasto
es verde. Los colores son solo nombres. Porque si usted les dice que el pasto
es verde, van a empezar a esperar que el pasto tenga algún aspecto determinado,
el que usted dice, en vez de algún otro que puede ser igualmente bueno y quizá
mejor.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<h4 style="text-align: right;">
<span style="color: blue;"><a href="http://cuentosimperdibles.wordpress.com/2009/07/14/teddy-j-d-salinger/" style="font-weight: normal;">Enlace al texto completo de Teddy.</a></span></h4>
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!</span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-48260835617077347172013-09-11T12:30:00.000+02:002013-09-11T12:30:03.017+02:00EXPLIQUEMELO COMO SI YO TUVIERA SEIS AÑOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzMx-8J9GKlErFpQ7fD5TYKZcObBkmh_4l39XZfDC2X7xsRoRf7xaKZTWnmWu75TttAFxarQw5_QwLFLuLfQYrlRgCyr31HzvfQMjDMB2aEMuVAkaI-UvQ8YksnU5aCyWo28OLvYH5mnw/s1600/denzel+washington.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzMx-8J9GKlErFpQ7fD5TYKZcObBkmh_4l39XZfDC2X7xsRoRf7xaKZTWnmWu75TttAFxarQw5_QwLFLuLfQYrlRgCyr31HzvfQMjDMB2aEMuVAkaI-UvQ8YksnU5aCyWo28OLvYH5mnw/s320/denzel+washington.jpg" width="212" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">La frase del título del post está sacada de una conocida
película de los años noventa. Creo que, si existiera un ranking con el título
de “películas más proyectadas en los institutos”, esta sin duda ocuparía uno de
los puestos destacados. Al menos para los de mi generación era un fijo de cada
año, con independencia del curso, la asignatura o el tema a debatir. Aunque hay
que reconocer que argumentos no le faltan, empezando por su banda sonora con
una balada inolvidable del “Boss”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><i>Philadelphia</i> está protagonizada por Tom Hanks y Denzel
Washington y es un clásico “<i>David contra Goliat</i>” en la que un joven y
prometedor abogado tendrá que luchar por defender sus derechos, no solo contra
el bufete de abogados que lo acaba de despedir, sino contra toda una sociedad
que lo margina por su orientación sexual y su enfermedad. En su particular
contienda recurrirá a la ayuda de otro abogado, Joe Miller, papel que
interpreta Denzel Washington, y que es el propietario de la frase con la que he
empezado la reflexión de hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La poderosa firma de abogados que ha despedido a Andy (Tom Hanks), una de
esas de nombres larguísimos, formados por la cadena de apellidos de todos sus socios, ataca
utilizando las mejores armas de los abogados de prestigio: <i>Adaptar la realidad
a su particular versión de los hechos</i>. Inventan pruebas, difaman, siembran
dudas, sobornan, amenazan, hacen uso de su influencia,… todo un sinfín de
artimañas dirigidas a mostrar que, aunque las apariencias muestren lo
contrario, ellos son unos ingenuos corderillos a los que el joven depravado
mantuvo engañados. El fin justifica los medios, y cuando uno es dueño de los
medios, espera que se cumplan sus fines.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Colocados en esta desigual situación, el hábil letrado Miller
decide no jugar al juego propuesto. A partir de aquí, en cada una de sus
intervenciones, frente a las técnicas y enrevesadas argumentaciones de los
abogados, empieza a utilizar la coletilla “<i>Explíquemelo como si yo tuviera seis
años</i>”. Intenta así desmontar el andamiaje legislativo en el que la poderosa
firma de abogados pretende esconder los hechos. Miller les invita a jugar al
juego de la simplicidad, de las verdades verdaderas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En realidad las cosas siempre son más sencillas de lo que
algunos pretenden hacernos ver. Continuamente inventamos extrañas palabras a
las que dotamos de complicados significados para, finalmente, llevar los hechos
hasta el absurdo y la confusión. Un error de
procedimiento, un plazo expirado, un procedimiento no procedente, una interpretación
sesgada, una estadística que, dependiendo de quien la mire, igual indica A que
B. Al final, como los buenos magos, el truco consiste en desviar la atención
del espectador de lo esencial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es por ello que la frase del abogado interpretado por Denzel
Washington en la película supone una buena estrategia para reconducir los
hechos, para no entrar en la confrontación, sino para ejercer nuestro justo
derecho a saber qué pasó. Por ello… Explíquemelo como si fuera un niño de seis
años, explíquemelo como si nuestro interés común fuera buscar la verdad,
esclarecer los hechos, como si realmente
pretendiésemos ser justos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por desgracia en demasiados ámbitos, en la justicia, la
política, la economía,… también en educación, enrevesadas e interminables disertaciones
solamente persiguen el objetivo de esconder la verdad, en algunos casos incluso
asumiendo que el que escucha es incapaz de entenderla. Frente a esto solo cabe levantar la mano y,
educadamente, pedir que nos lo expliquen como si fuésemos niños de seis años. <b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-11367725443008174602013-09-04T22:42:00.000+02:002013-09-04T22:42:43.671+02:00DE VUELTA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidBZz-Tv-ZFSBzZVktCvyeFKNUcTK_uIrKRcacXJyxRrX9MU8nqO31Bgxf2-zAma7f5rYzj-JMzNyxx5lOO4xTl1c6iY9pKL6h1VetYxlNB2v5KqOBe1D85B_qt0KgGiTmRIAcwLLenPE/s1600/a%C3%B1o+nuevo.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidBZz-Tv-ZFSBzZVktCvyeFKNUcTK_uIrKRcacXJyxRrX9MU8nqO31Bgxf2-zAma7f5rYzj-JMzNyxx5lOO4xTl1c6iY9pKL6h1VetYxlNB2v5KqOBe1D85B_qt0KgGiTmRIAcwLLenPE/s320/a%C3%B1o+nuevo.jpeg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La intensa lluvia apareció hace unos días para recordarnos la
cercanía del nuevo curso escolar. El verano se acaba y es hora de recoger los
cubos, rastrillos y palas con los que por unos días jugamos a ser arquitectos.
Va siendo hora de sacar de la maleta gris el despertador, las rutinas y las
mangas de las camisas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La llegada de septiembre supone para muchos, al menos para
los que tenemos hijos en edad escolar, el inicio de un nuevo ciclo. Aún no
hemos deshecho la maleta de las vacaciones y ya estamos llenando la mochila de
material escolar. Los colegios ponen contadores a cero y las familias calientan
motores esperando que suenen los timbres. En realidad este mes es nuestro enero
particular, nuestro arranque de año, porque el año realmente empieza a rodar en
septiembre. Septiembre es el enero de las familias con niños, incluyendo su
particular cuesta, que es bastante más pronunciada en septiembre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con todo, los primeros días de septiembre suponen una
oportunidad magnífica para plantearse nuevos objetivos, para desempolvar y dar
forma a esos proyectos que imaginamos durante las vacaciones. Estos días nos
brindan la oportunidad de enderezar, de replantearnos la marcha del año, de
corregir el rumbo con energías renovadas, de darle una nueva oportunidad a
nuestros anhelos. Todo nuevo comienzo supone abrir la puerta a la posibilidad.
Todo regreso comporta una mirada distinta, una perspectiva diferente,
seguramente más lucida de la que nos ofrecían el hábito y la rutina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al igual que los escolares, en estos días abrimos nuestras
libretas impolutas dispuestos a escribir con la mejor de nuestras letras en
esas nuevas páginas. Cargados de buenas intenciones y confiados en nuestras
posibilidades, retomamos el camino tras el merecido paréntesis veraniego.
Algunos se harán los remolones y atrapados en la añoranza veraniega sufrirán un
breve síndrome post-vacacional. Otros, más inteligentes, sabrán dosificar sus
energías volcándolas en nuevos proyectos, en nuevos enfoques, en nuevos propósitos de “inicio
de año”, disfrutando así de la maravillosa oportunidad que nos brinda el inicio
de curso para demostrar que supimos aprender de nuestros errores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aunque no necesitamos excusas para cambiar lo que no nos
gusta en cualquier momento, aunque, como decía el anuncio de bombones, siempre
aceptaremos un “<i>porque hoy es hoy</i>”
como motivo suficiente para el cambio, hay momentos en que las circunstancias
acompañan e invitan a la aventura. Sin duda septiembre es un mes de vientos
favorables para aquellos que se decidan a hacerse a la mar. Suerte a los
valientes!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-86106008436609511582013-07-10T00:00:00.000+02:002013-07-10T00:00:05.672+02:00LOS RIESGOS DE BUSCAR LA SUERTE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwmb0fmsymQY2cOyaMHkSFGcvfUmuaEq1Q6q4376Dyb5vgqYAM8LYyTOaouaqT20Yym7LrfSFj2cxzTbSbLagWNVf0NdfPa1xcHMnhWHYtOLMqDpJXLKdzbmkxxU3DnOeCgAw4mj-U2qw/s1600/trebol+de+la+suerte.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwmb0fmsymQY2cOyaMHkSFGcvfUmuaEq1Q6q4376Dyb5vgqYAM8LYyTOaouaqT20Yym7LrfSFj2cxzTbSbLagWNVf0NdfPa1xcHMnhWHYtOLMqDpJXLKdzbmkxxU3DnOeCgAw4mj-U2qw/s320/trebol+de+la+suerte.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Había una vez un hombre que no tenía suerte. Tan cansado
estaba de arrastrar su mala fortuna que un día decidió salir en busca del
mismísimo Dios para preguntarle el motivo de su mala fortuna. Caminó y caminó
durante varios días hasta que finalmente llegó hasta la orilla de un río. Allí, tumbado junto a sus aguas, vio a un lobo que se encontraba extremadamente
delgado y sin fuerzas. Cuando el lobo vio acercarse al hombre le preguntó:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, ¿a dónde vas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Voy en busca de Dios para preguntarle el motivo de mi mala
suerte- contestó el hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre- dijo el lobo- si encuentras a Dios, ¿puedes
preguntarle por qué estoy tan débil y delgado y qué puedo hacer para
remediarlo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Sí, si encuentro a Dios se lo preguntaré, no te preocupes-
contestó el hombre y siguió caminando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Caminó y caminó hasta llegar junto a un inmenso árbol que
había perdido todas sus hojas. Cuando el hombre pasó junto al árbol este le
dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, ¿a dónde vas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Bueno… voy a buscar a Dios para preguntarle el motivo de mi
mala suerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Ah por favor, si encontrarás a Dios, ¿podrías preguntarle
por qué estoy tan enfermo y qué puedo hacer?- dijo el árbol con voz cansada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Pierde cuidado, si lo encuentro se lo preguntaré.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre reemprendió su camino hasta que, ya anocheciendo
llegó a una preciosa casa rodeada de un cuidado jardín. De la casa salió una
bellísima mujer que se dirigió al caminante:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre- dijo suspirando- ¿a dónde vas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre volvió a repetir su respuesta: -Voy a buscar a Dios
para preguntar por qué no tengo suerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Vaya, si fueras tan amable, podrías preguntarle por qué
estoy tan triste y sola y qué puedo hacer- pidió la mujer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Por supuesto- contestó el hombre- cuando lo encuentre se lo
preguntaré.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre siguió su camino durante varios días hasta que
finalmente, al dar la vuelta a una esquina, tropezó de frente con el mismísimo
Dios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Ay!- dijo el hombre- ¡Por fin os encuentro! Mirad señor, he
venido a buscaros porque quiero saber por qué no tengo suerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Te aseguro que tienes mucha suerte- le contestó Dios- y qué
además tu suerte está ahí fuera, esperándote. Sólo tienes que estar atento,
buscarla y la encontrarás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- ¿De verdad?- preguntó incrédulo el hombre- ¿De verdad que
voy a tener suerte?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Te doy mi palabra de que lo que acabo de decirte es cierto-
contestó Dios un tanto ofendido por las dudas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre se puso tan contento que salió sin despedirse a
encontrarse con su nueva suerte cuando, de repente, recordó las preguntas del
lobo, del árbol y de la bella mujer y volvió sobre sus pasos para preguntar a
Dios. Dios le escuchó y le dio una respuesta para cada uno. El hombre tras
agradecerle su atención, se despidió y salió corriendo en busca de su
fortuna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Según desandaba el camino el hombre se esforzó por estar
atento para poder encontrar su suerte. Enseguida llegó hasta la preciosa casa
del jardín donde la bella mujer le esperaba en la entrada. Iba vestida con un
escotado vestido que realzaba, aún más, su enorme belleza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, ¿encontraste finalmente a Dios?, ¿pudiste hablar con
él?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Oh sí!- dijo el hombre con entusiasmo- encontré a Dios y me
dijo que mi suerte está por aquí, que sólo tengo que estar atento y
encontrarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Hombre, ¿le preguntaste a Dios por qué estoy tan sola y
triste y qué puedo hacer?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Ah sí! Dios me dijo que estás sola y triste porque vives
aquí sola, pero que si consigues un amante… ya nunca más estarás sola y triste.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer dejó caer sutilmente el tirante de su vestido y
susurró con pasión al oído del hombre:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, quédate a vivir conmigo en esta preciosa casa.
Disfruta de mi joven y hermoso cuerpo. ¡Sé tú mi amante!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre quedó boquiabierto ante tal proposición, incluso le
temblaban las rodillas, pero entonces le contestó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Me encantaría! En realidad eres la mujer más hermosa que he
visto jamás, la amante que siempre soñé pero, no puedo detenerme ahora. ¿Estoy
buscando mi suerte! Está aquí, cerca, en algún lugar, Dios me lo ha prometido.
Lo siento, pero tengo que encontrarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y el hombre continuó su viaje pensando que si encontraba
pronto su suerte volvería para convertirse en el amante de aquella preciosa
mujer. Al poco tiempo llegó junto al viejo árbol.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, ¿encontraste a Dios?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Sí, lo encontré y, ¿sabes una cosa? ¡Mi suerte está por
aquí, sólo tengo que buscarla y encontrarla!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">-¡Oh, cuánto me alegro! – contestó el árbol. ¿Le </span></span><span style="line-height: 17.77777862548828px;">preguntaste</span><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;"> a Dios por qué estoy tan enfermo?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Sí, también se lo pregunté. Dios me dijo que estabas tan
enfermo porque enterrado entre tus raíces hay un inmenso cofre con un tesoro y
si encuentras a alguien que lo desentierre tus hojas volverán a brotar con
fuerza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, por favor, coge tú el tesoro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Oh árbol cuánto me gustaría poder ayudarte! Pero no puedo
detenerme, ¿entiendes? Estoy buscando mi suerte, sé que está por aquí cerca.
Tengo que ir a buscarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El árbol, desesperado, insistió: - Mira, tienes una pala ahí
al lado. Sólo te llevará unos pocos minutos. ¡Por favor, sácame el tesoro
enterrado!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Lo siento mucho árbol, tengo que seguir con mi búsqueda,
pero no te preocupes, seguro que pronto pasará alguien que te quiera ayudar- y
el hombre siguió su camino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Llegó hasta el río donde encontró al lobo aún más débil y
delgado que antes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre, hombre… ¿encontraste a Dios?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- ¡Oh sí lo encontré! ¿Y sabes una cosa? Mi suerte está por
aquí, sólo tengo que ir a buscarla y encontrarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Hombre – susurro el hombre con sus pocas fuerzas- ¿le
preguntaste a Dios por qué estoy tan débil y delgado y qué puedo hacer?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Oh claro!- dijo el hombre servicial- Dios me dijo que si te
comes al primer tonto que pase por aquí recuperarás tus fuerzas y ya nunca más
estará débil y delgado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El lobo lo miró, reunió las últimas fuerzas que le quedaban
y, de un enorme salto se abalanzó sobre el hombre y lo devoró.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-7835338419623579692013-07-03T00:00:00.000+02:002013-07-03T00:00:02.750+02:00SABER LLEGAR, SABER IRSE.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlXeJ76mA272AwBFhvsSPug9-_duLSUm1tyqR_yCG07fcxvJ56_tmhwfTi-X0PMHMyTKJR8hQ-KmJ-ClIlyyCsRjYFSNij89BTdbwxUAp7ez3qRUYKO-FrxaTHOY8V_ZRAh47eQDLuZ8s/s415/nanny_mcphee.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlXeJ76mA272AwBFhvsSPug9-_duLSUm1tyqR_yCG07fcxvJ56_tmhwfTi-X0PMHMyTKJR8hQ-KmJ-ClIlyyCsRjYFSNij89BTdbwxUAp7ez3qRUYKO-FrxaTHOY8V_ZRAh47eQDLuZ8s/s320/nanny_mcphee.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">“</span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hay algo que debéis
entender de mi forma de trabajar. Cuando me necesitáis y no me queréis, debo
quedarme. Cuando me queréis, pero ya no me necesitáis debo irme… Es un poco
triste, pero es así</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La cita define, desde mi punto de vista, una metodología de
actuación válida, aplicable tanto para terapeutas como educadores o padres. Todo
proceso tiene un principio y un fin y es la necesidad la que lo determina, no
el cariño ni las buenas intenciones. Saber determinar cuando alguien necesita
ayuda y cuando es capaz de hacer las cosas por sí mismo es un aprendizaje
importante para padres, profesores y terapeutas. Tan importante es saber cuando
intervenir, como reconocer cuando es el momento de dejar de hacerlo. De lo
contrario estaremos sustituyendo el aprendizaje por la dependencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La frase está tomada de la película “La niñera mágica”
protagonizada por Emma Thomson, quien además se encargó de escribir la
adaptación basándose en una popular colección de libros infantiles. La película
cuenta la historia de una peculiar niñera encargada de poner en vereda a siete
pequeños salvajes, especialistas en deshacerse de sus cuidadoras, que tras el
fallecimiento de su madre se encuentran al cuidado (casi descuidado) de su ocupado padre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tras varios intentos frustrados por encontrar niñera (17
exactamente) el Sr. Brown se encuentra con las puertas de la agencia de contratación
cerradas. Ya no quedan más candidatas para sus hijos. Sin embargo esa noche
aparece ante su puerta la señorita McPhee, una mujer de aspecto grotesco que se
ofrece a hacerse cargo del trabajo. “<i>No
me ha buscado, pero me necesita</i>” es su inquietante carta de presentación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La Señorita McPhee se propone como objetivo que los niños
aprendan 5 lecciones, tras lo cual su trabajo habrá finalizado. La mayoría de
estas lecciones están basadas en la obediencia, los niños deben aprender a
hacer lo que se les dice, aunque también deben aprender a escuchar. Con todo,
como dice la niñera, al final lo que cada cual aprenda dependerá de sí mismo.
Aunque la lección sea la misma, lo aprendido siempre es distinto, siempre es particular.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En realidad el proceso educativo o de cambio planteado por la
señorita McPhee recoge las tres fases características de un proceso de
coaching: <b>Consciencia</b>, ya que los
niños deben darse cuenta de su complicada situación económica y entender las difíciles
decisiones a las que el padre tiene que enfrentarse para intentar mantener a su
familia unida; <b>Responsabilidad</b>, ya
que a pesar de las mágicas intervenciones de la señorita McPhee, los niños
deben asumir las consecuencias de sus decisiones y actos; y <b>Acción</b>, puesto que la solución definitiva
pasa por que los niños ideen y pongan en marcha su propio plan de acción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Durante todo el proceso, conforme los niños van aprendiendo,
el aspecto físico de la señorita McPhee va cambiando: le desaparecen las
verrugas y el diente prominente, se suaviza la abultada nariz y su rostro y
aspecto van rejuveneciendo. Paralelamente los niños van evolucionando del
rechazo a la aceptación y de esta, al cariño hacia su niñera. El cambio físico de
la niñera representa el avance de este proceso. El paso de las ordenes, las
normas y la tutela continua (la cara más odiosa, aunque necesaria, del proceso
educador) a la observación distante y la mirada complice (sin duda la parte más
gratificante). Pero ambas deben darse, y además en ese mismo orden. Saber
gestionar ese cambio es lo que define a los grandes educadores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Como acostumbra a decir el profesor Santos Guerra “Los educadores
forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes, retirándose”.
La cuestión es saber iniciar la retirada a tiempo. Para ello mejor dejarse
guiar por la necesidad que por el cariño. Es triste, pero es así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-56478948536134699122013-06-26T12:27:00.000+02:002013-06-26T13:47:15.145+02:00CUESTIÓN DE EXPECTATIVAS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVL6ZCi4MGpX80Xo855dYUBdWHhrIHIff6OAnu8ozzv_cFAK1pLsekAh6hG5Rhytj9NqfW5UuJNTHJtSCnqB0C81QO7fGh663kcjAZfehz1kBxQvKMaK086RO7F9pB4iYp0FM1Oj0gIxg/s1600/explorador.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVL6ZCi4MGpX80Xo855dYUBdWHhrIHIff6OAnu8ozzv_cFAK1pLsekAh6hG5Rhytj9NqfW5UuJNTHJtSCnqB0C81QO7fGh663kcjAZfehz1kBxQvKMaK086RO7F9pB4iYp0FM1Oj0gIxg/s1600/explorador.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuando era pequeño me gustaban las películas de indios y
vaqueros. Recuerdo la típica escena en la que los confederados avanzaban a
caballo en ordenada fila de a dos por el medio de las áridas llanuras, siempre
con rocosas montañas que parecían hechas de cartón en el horizonte. De repente
el general, situado a la cabeza de la fila junto al tipo de la corneta, levantaba
la mano como un guardia de tráfico y con un sonoro grito detenía en seco al pelotón. El
plano cambiaba y a lo lejos se veía llegar, en medio de una nube de polvo, un
jinete solitario a galope tendido. Era el explorador que habían enviado como
avanzadilla para inspeccionar el terreno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los exploradores eran tipos solitarios, un tanto huraños y de
pocas palabras, pero excepcionalmente hábiles e intuitivos. Estos puestos eran
generalmente ocupados por indios renegados, expertos conocedores del terreno y
de las costumbre enemigas que, igual ponían el oído en el suelo y adivinaban la
distancia exacta a la que se encontraba el peligro, como encontraban un rastro
siguiendo el olor, como hacían señales de humo para alertar de una situación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las expectativas que todos conscientemente o no hacemos
constantemente trabajan de manera similar a estos exploradores indios. En
nuestro papel de comandante en jefe, las enviamos con órdenes precisas para que
examinen el terreno. Cuando regresan, escuchamos atentamente su informe y, tras
interpretar sus advertencias, decidimos si es mejor continuar por el camino y
atravesar el desfiladero, confiando en que no hay riesgo de emboscada, o si es
preferible montar campamento base y esperar al lado del río a que amanezca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Decidimos en base a la información generada por nuestras
expectativas. Pero la fiabilidad de esos datos depende de la familiaridad del
explorador con el terreno, con la situación concreta. En ocasiones el
rastreador se encuentra en un medio conocido e interpreta con destreza las
señales y aporta una información valiosa, pero a veces, nuestro explorador se
muestra torpe, dubitativo, confuso, fuera de lugar y entonces, obligado a
regresar y emitir su informe, las
conjeturas y suposiciones ocupan el lugar de los datos. Y entonces nuestro ejército
avanza sin remedio hacia tierras movedizas. En fin, al menos… murieron con las
botas puestas (o no). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Un chiste sirve de ejemplo para la entrada de hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy he despedido a mi
becario. ¿Que por qué lo he despedido? Veréis…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Era mi 37 cumpleaños,
mi humor no estaba muy bien que digamos. Aquella mañana, al despertarme me
dirigí a la cocina para tomar una taza de café, a la espera de que mi marido me
dijese: - ¡Feliz cumpleaños, querida!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero él no me dio ni
los buenos días…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y me dije a mi misma: -
¿Es ese el hombre que yo me merezco?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero continúe
imaginando: - Los niños seguro que se acordarán- Pero cuando llegaron a
desayunar, no dijeron ni una palabra.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así que salí de casa
bastante desanimada, pero me sentí un poco mejor cuando al entrar en la oficina
mi becario me dijo: -Buenos días Srª López. ¡Feliz cumpleaños!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Finalmente, alguien se
había acordado…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Trabajamos hasta el
medio día y entonces mi becario entró en mi despacho diciendo: - Sabe Srª López…
hace un hermoso día y ya que es su cumpleaños, podríamos almorzar juntos, solos
usted y yo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Acepte y fuimos a un
lugar bastante reservado. Nos divertimos mucho y, en el camino de vuelta, él
propuso: - Con este día tan bonito, creo que no deberíamos volver a la oficina.
Vamos a mi apartamento y tomemos allí una copa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fuimos entonces a su
apartamento y, mientras yo saboreaba un Martini, él dijo: - Si no le importa
voy un momento a mi cuarto a ponerme una ropa un poco más cómoda.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">-Esta bien, como
quieras- respondí.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pasados cinco minutos,
más o menos, él salió del cuarto con una tarta enorme, seguido por mi marido,
mis hijos, mis amigos y todo el personal de la oficina. Todos cantaban “Cumpleaños
Feliz,…!”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y allí estaba yo,
desnuda, sin sostén ni bragas, echada en el sofá del salón…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-43893042420695304142013-06-20T00:00:00.000+02:002013-06-20T11:03:15.603+02:00AUTO-ESCUELAS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ3qDRNzY60ZR7VwgU7maSR2pK2TvWaWEnG-RGVcA6hFXNs5z1kvspgrplG4BE22g2aL8nPok3mPRdE2cDKrwhrl_R_AWGyXRnMCMV6lI2XKjcRBlImbEfh_2ja13sA8hLw9QANUIyakw/s1600/placa+L.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ3qDRNzY60ZR7VwgU7maSR2pK2TvWaWEnG-RGVcA6hFXNs5z1kvspgrplG4BE22g2aL8nPok3mPRdE2cDKrwhrl_R_AWGyXRnMCMV6lI2XKjcRBlImbEfh_2ja13sA8hLw9QANUIyakw/s320/placa+L.jpg" width="241" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">En cuanto los jóvenes rozan la mayoría de edad una de las
primeras cosas que suelen hacer es apuntarse a la autoescuela. Están ansiosos
por obtener el preciado permiso de conducir. La posesión del carné supone el
pasaporte a un idealizado mundo de libertad y autonomía. Disponer de carné les
permite conducirse por la vida, ser dueños de sus propios pasos, ya no dependen
de nadie puesto que pueden llevarse solos. Pero, ¿Dónde se obtiene el carné
para circular por la vida? ¿Dónde aprendemos a conducir el único vehículo que
nos acompañará durante toda nuestra vida? ¿Dónde aprendemos a conducirnos? La respuesta
más lógica debería ser en la auto-escuela, aunque creo que ese tipo de aprendizajes,
aunque importantes, se dan por supuestos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sería interesante que existieran escuelas (auto-escuelas) en
las que uno pudiera aprender sobre sí mismo. Aprender a conocerse, aprender a
manejarse y, por supuesto, donde también aprendiéramos las normas básicas de circulación
cuando salimos al camino y coincidimos con otros. Parte de este temario lo
recogía la asignatura de ciudadanía, aunque nuevamente parece que en el país de
las “lenguáticas” no queda tiempo para tonterías.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El temario podría incluir un módulo de mecánica básica, en el
que se explicara cómo realizar el mantenimiento y puesta a punto del vehículo.
Con ello se evitarían muchos de los sobresaltos que nos llevamos cuando se nos
encienden las luces rojas y perdemos el control sobre nuestras acciones,
llegando incluso al atropello en algunos casos. Bien es cierto que el
arrepentimiento y el perdón funcionan como airbags protectores, pero no es
conveniente abusar de ellos, pues está científicamente demostrado que su
eficacia disminuye con el uso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">También es importante familiarizarse con todas las
prestaciones que lleva nuestro vehículo de serie. Nos sorprendería el juego que
podemos sacarle a nuestro equipamiento básico. Quizás si aprendiéramos a
manejarlo bien no estaríamos tan obsesionados con incorporarle constantemente
los últimos accesorios y actualizaciones. Al final con tanto tuning en algunos
vehículos cuesta reconocer que marca y modelo son.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En las auto-escuelas nos enseñarían que nuestros vehículos no
están hechos para correr, sino para disfrutar del camino. Nos explicarían que
hay que ser cuidadosos con ellos, que nos tienen que durar toda la vida, que aunque
podemos hacer reparaciones, estas son caras y dolorosas. Nos enseñarían que más
importante que la chapa es el motor, que hay que llevar los cristales bien
limpios para poder ver con claridad, también los espejos retrovisores, no para
saber a quién dejamos atrás, sino para no olvidar de donde venimos. Y nos dirían
que es importante que nuestro habitáculo sea confortable, sobre todo para que
las personas que dejemos entrar se sientan cómodas y quieran acompañarnos en el
viaje. Nos recomendarían que reserváramos algún sitio para colgar la foto del “<i>nocorrasqueteespero</i>”. Nos insistirían en
que no viajamos solos y hay que señalizar con tiempo nuestros movimientos para
avisar a los otros conductores. Y, por supuesto, nos recodarían las normas
básicas en caso de accidente: la adecuada señalización y la obligación de
auxilio de todos los conductores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ya puestos, podríamos instaurar hasta un sistema de ITV
periódico, que nos revisará que todo funciona bien o nos aconsejara pequeños
cambios. Ahora, de lo de colocarse la pegatina en la frente yo paso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><b>¡FELIZ REFLEXIÓN!</b><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-76706735550739926262013-06-14T00:00:00.000+02:002013-06-14T00:00:00.351+02:00LECCIONES DE COACHING DEL SR. MIYAGI<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i><b>“Las respuestas solo han de importarte cuando la pregunta es
la correcta” </b></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i><b>Sr. Miyagi.</b></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfBjAQ-vlW4umIBRRc9oggAF1UEcO7CKbmSwkyXQzT3uBRQzUJ7Ss6CXvIFXwgSRLige0ilj_2C8IttRyr-sAK5fH0BlM4ynumhNx00aOW9ouJJkqMizx6SqLBAkEIhSZk__DrAPnVSqk/s1600/sr+miyagi.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfBjAQ-vlW4umIBRRc9oggAF1UEcO7CKbmSwkyXQzT3uBRQzUJ7Ss6CXvIFXwgSRLige0ilj_2C8IttRyr-sAK5fH0BlM4ynumhNx00aOW9ouJJkqMizx6SqLBAkEIhSZk__DrAPnVSqk/s320/sr+miyagi.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El joven “Daniel Sam” llega a una nueva ciudad, nuevo barrio,
nuevo instituto, nuevos amigos. Demasiadas novedades en poco tiempo. A veces
uno lo intenta, pone lo mejor de sí mismo para adaptarse a los cambios, pero cuanto
más lo intenta, peor se ponen las cosas. Como resultado al joven Daniel Larusso,
protagonista de la película Karate kid, se le acumulan hematomas y rasguños, heridas
físicas, pero también emocionales. No todas las situaciones de la vida se
solucionan a base de buena actitud y predisposición, máxime cuando uno es un joven
impulsivo y orgulloso. Cuando no obtenemos el resultado esperado parece que
sólo quede la opción de la insistencia: Levántate una vez más de las que
caigas. Daniel le insiste a su madre: “Tú no lo entiendes (las madres nunca lo
entienden) Necesito aprender Karate. Necesito defenderme”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Como cualquier joven, Daniel busca encontrar su espacio, pero
el mundo no es ese sitio amable y hospitalario que él pensaba. Los recién llegados
no son bien recibidos, máxime si pretendes conquistar a la princesa del lugar. El
príncipe destronado y el resto de la manada embisten con saña. Daniel comete el error de aceptar el juego de
la provocación y la venganza, una espiral en la que tiene todas las de perder.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El maestro aparece cuando el alumno está preparado y, cuando
la situación está a punto de írsele de las manos a Daniel, en forma de nueva
paliza, aparece el anciano oriental. Daniel observa los certeros movimientos y
golpes del Sr. Miyagi mientras lo defiende y, antes de desmayarse lo tiene
claro: quiere aprender. El maestro acepta enseñarle, pero antes deberá
encontrar el sentido, la razón, el para qué de su aprendizaje: Aprender sin
reflexionar es malgastar la energía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los cimientos del proceso formativo, del proceso de coaching,
están puestos: Voluntad, motivación y confianza por parte del joven Daniel; visión,
habilidades, disciplina y tempo por parte del maestro. En el momento en que
ambos sintonicen en su para qué, en su objetivo, el proceso dará sus frutos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El aprendiz no acaba de entender la finalidad del esfuerzo,
aún carece de la visión: Pintar, lijar, “darcera-pulircera”,… pero la confianza
en el maestro vence las reticencias. La alianza terapéutica, la relación de complicidad
entre alumno y maestro, es fundamental en el proceso de crecimiento. A su
debido tiempo el alumno descubrirá el valor de lo aprendido. Cualquier aprendizaje
nos brinda la oportunidad de mejorar como personas, de conocernos mejor,… el
aprendizaje es siempre un despertar de recursos dormidos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El momento mágico es precisamente ese despertar de la
consciencia, ese “click”, esa especie de revelación repentina que enciende la
luz y aparta la cortina y descubre el “sé que sé”. Es el momento de recoger el
fruto del esfuerzo, la constancia y la dedicación. La batalla más dura es la
que se libra en el interior. Cuando aprendo descubro que la mitad de lo
aprendido estaba en mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“<i>Nunca pensé que llegaría hasta aqu</i>í” reconoce Daniel a su
maestro a las puertas de las semifinales del campeonato estatal. “<i>Ya somos dos</i>”
le contesta el Sr. Miyagi. En esto consiste la magia, en superar todas las expectativas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-418675184889143302013-06-11T00:30:00.000+02:002013-06-11T00:30:01.788+02:00 A OSCURAS PARA VERNOS MEJOR.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYXyUPQ-oJ9LVT9615t8DoCWgUCWCe8niffIV1-64Bbhp0Jne8U_ftNe-M3Fif42z-9ul3Opiwpg0ZhmiFCjpsWSeHUuQ0j6Bpq4AhKFtYZEBAuNF9uj1oqwbXvxutlHEhiYE6oP_gm54/s1600/vela.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYXyUPQ-oJ9LVT9615t8DoCWgUCWCe8niffIV1-64Bbhp0Jne8U_ftNe-M3Fif42z-9ul3Opiwpg0ZhmiFCjpsWSeHUuQ0j6Bpq4AhKFtYZEBAuNF9uj1oqwbXvxutlHEhiYE6oP_gm54/s320/vela.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hace unas semanas circulaba por las redes un mensaje en forma
de chiste. La escena representaba un velatorio en el que apenas había cuatro o
cinco personas presentes. Las dos del fondo están conversando y una le dice a
la otra: “<i>Pensé que habría más gente aquí. Tenía más de dos mil amigos en
Facebook”.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta escena muestra la paradoja de las redes sociales, de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación, que en muchos casos ni
comunican ni informan. Hoy tenemos la posibilidad de comunicarnos en tiempo
real con cualquier persona del planeta, esté donde esté. Gracias a la tecnología
han desaparecido las distancias. Las palabras que escribo en este blog pueden
ser potencialmente leídas por millones de personas. Toda la información y todas
las personas se nos presentan al alcance de la mano, al alcance de un solo
click. Pero, ¿Estamos preparados para ello? ¿Somos conscientes del precio que
pagamos por esta avalancha de información y oportunidades?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los cambios se han producido de manera tan vertiginosa que
apenas nos han dejado tiempo para acomodarnos a ellos. La tecnología ha
cambiado en pocos años nuestra manera de comunicarnos, de relacionarnos, e
incluso el vocabulario que utilizamos. La tecnología ha irrumpido con fuerza en
nuestras vidas transformando el paisaje: nuestras casas, aulas, hospitales,
empresas, medios de transporte, teléfonos, ascensores,… han cambiado su diseño
para incorporar pantallas que nos ofrezcan información y posibilidades de
comunicación a cada instante. Somos seres sociales enfrentados a la posibilidad
de la comunicación infinita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay autores que están empezando a plantear como Internet y el
uso que hacemos de los buscadores, están incluso modificando nuestra mente, modificando
nuestra manera de pensar y recordar. Nicholas Carr en su libro <i>“¿Qué está haciendo internet con nuestras
mentes?</i>” defiende que estas nuevas prácticas informativas nos vuelven más
superficiales y disminuyen nuestra capacidad de concentración. Sus opiniones
presentan un escenario inquietante, en el que se sugiere que no somos todo lo
conscientes que deberíamos de la factura que tendremos que pagar por
zambullirnos en la era de la sobreinformación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El mundo parece evolucionar siguiendo la vieja regla de que
más es mejor. La abundancia es siempre preferible a la escasez, y esta regla se
aplica de manera universal en cualquier circunstancia. Pero más es una variable
que mide cantidad no calidad. Y a veces, paradojas de la vida, menos es más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sé que son muchas las voces que abogan por un futuro
tecnológico, por una revolución en la educación fundamentada en las TIC,
ansiosas por quemar los libros de texto en una hoguera en el patio (esta imagen
me recuerda al Quijote), por apostar por una educación repleta de pantallas, lucecitas
de colores y voces en off,… Pero más no es siempre mejor. Como he defendido en
otras ocasiones creo que no son las herramientas las que provocan los cambios,
sino las personas que las usan (para bien o para mal)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La reflexión de hoy es un tanto compleja y sé que está cargada
de aristas, por eso, antes de perderme en un laberinto de palabras e interpretaciones, os quiero proponer uno
de mis cortos preferidos para trabajar en clase y que ha motivado la entrada de
hoy. “<b>Desconocidos</b>” de David del Águila plantea una situación cotidiana y
familiar con inquietante reflexión incorporada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A veces hay que quedarse a oscuras para que se encienda la
luz. </span><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><u><span style="color: blue;"><a href="http://vimeo.com/3600128">VER CORTOMETRAJE DESCONOCIDOS</a></span></u></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-72272533364141969712013-06-04T00:30:00.000+02:002015-09-17T12:43:45.184+02:00SE ADMITEN INTERPRETACIONES.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiALm2kcprfP8lK-11NXAmY9Hp1zfkaJP5kLxI7LVgGmbYt-eG-guj8U1RsE5v6EQqIAoupAygv83Db8VD_T40OAohbFwKM6MpPlv_2SX5YwGAjl2pg6peDwCOBtWncUEbHl1pkk9X74d8/s1600/optimismo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiALm2kcprfP8lK-11NXAmY9Hp1zfkaJP5kLxI7LVgGmbYt-eG-guj8U1RsE5v6EQqIAoupAygv83Db8VD_T40OAohbFwKM6MpPlv_2SX5YwGAjl2pg6peDwCOBtWncUEbHl1pkk9X74d8/s320/optimismo.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“<i>Una chica en París se disponía a ir de compras, pero se le
olvidó el abrigo…</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Últimamente abundan los libros de autoayuda basados en el
supuesto de que podemos conseguir cualquier cosa que nos propongamos si somos
capaces de desearlo con la fuerza suficiente, si somos capaces de enfocarnos adecuadamente
en nuestro objetivo. Somos dueños de nuestro destino. Usted puede conseguir
cualquier cosa que se proponga, sus sueños al alcance de la mano por sólo 19,95.
Y compramos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Compramos porque queremos creer que el mundo es ese sitio
amable, justo y repleto de oportunidades que describen las páginas del libro.
Necesitamos creer en la existencia de esa especie de “ley del karma” que
recompensará, más pronto o más tarde, todos mis esfuerzos y buenas acciones. Nos
negamos a vivir en un mundo caótico y descontrolado en el que seamos simples
piezas en manos del destino. Y sin embargo, con demasiada frecuencia, la
realidad que observamos a diario siembra la duda. Y volvemos a comprar. Nos
inyectamos una nueva dosis de optimismo a 9,90 (esta vez en edición de
bolsillo). Portada diferente, contenido parecido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Arrancaba el post con la frase con la que empieza la
inquietante escena del taxi de la película Benjamin Button. Toda una serie de
circunstancias que desembocan en el atropello de la protagonista. Si solo una
de esa decena de “anómalas” circunstancias no se hubiera producido, Daisy no
habría acabado su carrera de bailarina profesional en la cama de un hospital
parisino. Cualquiera de esas circunstancias le era ajena, no dependían ni de su
actitud ni de la fuerza de su deseo. A veces, el mundo se convierte en el
enemigo que confabula en mi contra: ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo para
merecer esto? Quizás el karma tenga la respuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La suerte, la casualidad,… el destino tal vez entran en escena. La vida no es
matemática aplicada, a menudo la ciencia de la causalidad hace aguas. Las cosas suceden, algunas porque las
provocó, pero otras muchas ocurren al margen de nuestra influencia y nos afectan
tremendamente. ¿Es por ello el mundo un lugar injusto? ¿Es inútil el esfuerzo,
la dedicación y la constancia, puesto que el resultado siempre estará en última
instancia en manos de la fortuna?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay un cuento que tal vez arroje algo de luz sobre estas
cuestiones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuenta la leyenda que hace muchos años vivía en una aldea de
China un labrador con su hijo. El labrador era una persona humilde y aparte de
la tierra que cultivaba y la casa que los cobijaba, su única propiedad era un
caballo que le ayudaba en su duro trabajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un día el campesino olvidó cerrar la puerta del corral y el
caballo escapó. Todos los vecinos acudieron a la casa para decirle al campesino
lo mucho que lamentaban aquella pérdida. Él les agradeció su visita pero les
preguntó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¿Cómo podéis saber que lo ocurrido es una desgracia?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los vecinos quedaron sorprendidos al observar la reacción del
campesino pues, a todas luces resultaba evidente que aquello era un duro revés
en el quehacer del campesino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, una semana después el caballo retorno al establo
y, ante la sorpresa de todos, no volvió solo, sino que una hermosa yegua lo
acompañaba. Al conocer la noticia, todos los habitantes de la aldea acudieron a
felicitar al campesino por su suerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Muchas gracias por vuestra visita y por vuestras
felicitaciones- dijo el labrador – pero, ¿cómo podéis saber que lo ocurrido ha
sido una suerte para mí?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nuevamente desconcertados por la reacción del hombre, los
vecinos regresaron a sus casas sin saber que contestar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pasado un tiempo, el hijo del campesino decidió domesticar a
la yegua. Mientras estaba en ello, el animal realizó un movimiento brusco y el
muchacho cayó al suelo rompiéndose una pierna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los vecinos acudieron nuevamente a la casa del labrador
llevando algunos presentes para el joven herido. Todos se mostraron tristes
ante lo sucedido y compadecían al campesino por tan mala fortuna.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero nuevamente la reacción del campesino dejó a todos
estupefactos. ¿Cómo podéis saber si lo ocurrido ha sido realmente una
desgracia?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta respuesta indignó por completo a los vecinos, quienes ya
no dudaban en que aquel hombre había perdido por completo el juicio. “¿Cómo
podía preguntar tal cosa cuando su único hijo corría el riesgo de quedar cojo
para siempre?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Transcurrieron algunos meses y Japón declaró la guerra a
China. Los emisarios del emperador recorrieron entonces todo el país en busca
de jóvenes saludables para reclutarlos y enviarlos al frente. Al llegar a la
aldea, todos los jóvenes fueron alistados, a excepción del hijo del labrador, pues
su pronunciada cojera lo inhabilitaba para la batalla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pasó el tiempo y fueron muchos los jóvenes que no regresaron
con vida a la aldea. Sin embargo, el hijo del campesino se recuperó de su
herida. Los dos caballos tuvieron crías y estas fueron vendidas con gran
beneficio. El labrador pasó por casa de sus vecinos para consolarlos y estos
escucharon sus palabras, no como las de un viejo loco, sino como las de alguien
sabio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">(* Adaptado de un cuento sufí de Paulo Coelho)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es innegable que muchas de las cosas que nos suceden y nos
afectan están fuera de nuestra área de influencia, por mucho que otros se
empeñen en escribir lo contrario y vendan millones de libros. Aunque ello no nos convierte necesariamente en víctimas de las circunstancias, puesto que como afirmaba Víctor Frankl en su "hombre en busca de sentido", siempre somos libres de elegir la actitud que adoptamos ante las circunstancias. Los acontecimientos suceden de forma inexorable, pero esto, lejos de convertirnos en esclavos, nos ofrece la posibilidad de elegir cómo interpretarlo y qué hacer con ellos. Como dijo
Huxley “<i>la experiencia no es lo que le sucede, sino lo que usted hace con lo
que le sucede”. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por cierto, el accidente de Daisy que acabó con su carrera,
también provocó la inesperada visita del atractivo Button, quien flores en mano
no dudó de recorrer medio mundo para presentarse a los pies de su cama. Pero
esto ya es otra historia…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/MQRSncy6Dns/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/MQRSncy6Dns?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-50144863572503455032013-05-28T00:30:00.000+02:002015-09-17T12:46:22.959+02:00EL “CONDIMENTO” SECRETO DE LA RECETA DE LA EDUCACIÓN<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJbqrzo8g2bSMLbNxAnsjiCw0BmPml2FwO7TH7ixs22CwpFdDYwOUHbMZsJ0XbXxM4HN-XXFDSqixw9CohkfeuoJ3WkpJu3PUCt3azqYcRhmacI3TAo1XTyiinL9AmFmFtHZfLaAvnzbY/s1600/especias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJbqrzo8g2bSMLbNxAnsjiCw0BmPml2FwO7TH7ixs22CwpFdDYwOUHbMZsJ0XbXxM4HN-XXFDSqixw9CohkfeuoJ3WkpJu3PUCt3azqYcRhmacI3TAo1XTyiinL9AmFmFtHZfLaAvnzbY/s320/especias.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Dice un conocido refrán que a nadie le amarga un dulce, lo
que no acaba de explicar el dicho es que el exceso de dulces empalaga. Con los
hijos suele ocurrir. Un cuento* (y un vídeo de regalo).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Había una vez un joven alto y bien parecido, criado en un
hogar acomodado, cuya familia siempre había procurado porque al muchacho no le
faltase de nada. Su madre, conocedora de su buen apetito, le compraba y
preparaba las comidas más exquisitas, con la intención de complacer en todo lo
posible a su hijo. A pesar de ello, pocas veces el joven encontraba la comida a
su gusto, pues siempre había algo que acababa por contrariarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una noche el joven acudió a comer a un restaurante cercano,
quería comprobar si allí tenían algo que en verdad le gustara. Pidió varios de
los platos de la carta, incluyendo la especialidad de la casa, pero ninguno le
agradó. Visiblemente indignado pidió explicaciones al cocinero, acusándole de
no tener ni idea de cocinar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En ese momento, viendo el alboroto que se estaba produciendo
en el restaurante, el propietario del local trató de calmar al exigente cliente
diciéndole: - Tranquilo. Si quieres comer realmente bien yo te ayudaré. Sólo
te pido que vuelvas mañana al mediodía y, cuando termine mi trabajo, le pediré
a mi madre que cocine para ti. Mi madre es una fantástica cocinera y prepara
una salsa especial. Te aseguro que nunca comerás con tanto agrado como en
nuestra casa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El joven que siempre estaba dispuesto a probar nuevas comidas
se calmó y aceptó la invitación ansioso de probar aquellos manjares. Al día
siguiente a la hora acordada el muchacho se presentó en el lugar en busca de su
anfitrión. Al llegar, observó sorprendido como el restaurante estaba repleto de
clientes y como los pocos camareros del local se afanaban por servir las
numerosas comandas. El joven observó como el propietario se debatía entre la
barra y la cocina intentando poner un poco de orden en aquella algarabía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El chico se le acercó y le dijo: - “Ayer quedamos en que
pasaría a buscarte a esta hora. Tenemos que ir a comer a casa de tu madre”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> – Es cierto- dijo el
agobiado propietario – pero precisamente hoy se celebraba una convención aquí
cerca y toda esta gente ha acudido a comer sin avisar. Como ves estamos hasta arriba
de trabajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No dispuesto a renunciar a las primeras de cambio a su
invitación, el joven insistió al dueño del local para que cumpliera su palabra.
Tras respirar un momento, el dueño le propuso al muchacho: - Mira, vamos a
hacer una cosa. Yo no puedo abandonar todo esto ahora e irme contigo, además
precisamente hoy voy muy flojo de camareros, así que si te parece hacemos lo
siguiente. Tú te pones el mandil y me ayudas sirviendo las mesas y, cuando
acabemos vamos a casa de mi madre que tendrá preparada la comida prometida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aunque a regañadientes el muchacho finalmente aceptó. Se
colocó el uniforme y siguiendo las indicaciones del propietario fue sirviendo
los platos y bebidas en las mesas. El trabajo se dilató durante más de dos
horas, pues eran muchos los comensales a los que había que atender. Finalmente
el local estaba vacío y el trabajo acabado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Bien, es momento de ir a tu casa - dijo el muchacho
secándose el sudor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- ¡Qué poco conoces el trabajo de un restaurante!- comentó el
dueño. Aún tenemos que dejar el local recogido y las mesas preparadas. De lo
contrario no podría abrir mi negocio esta noche.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A regañadientes, el joven volvió al trabajo ayudando al
personal a recoger y preparar de nuevo el establecimiento. Todo con tal de
acabar cuanto antes y poder probar la fantástica comida prometida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al poco tiempo el local estaba nuevamente en orden y los dos
pudieron finalmente ir a disfrutar de su comida. Cuando llegaron a la casa
encontraron una mesa elegantemente dispuesta y un par de platos recién hechos esperándoles.
Los dos se sentaron y comenzaron a comer. El dueño del restaurante observaba a
su invitado esperando su opinión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-Quiero felicitar personalmente a la cocinera- dijo al cabo
de unos minutos- Nunca he probado nada tan delicioso como esto. Sin duda tenías
toda la razón al afirmar que tu madre era la mejor cocinera del mundo y que
preparaba una salsa especial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El anfitrión comenzó entonces a reír y le contestó: “La
famosa salsa que has probado hoy es la misma que te serví ayer en el
restaurante, lo que ocurre es que tú nunca te habías sentado a la mesa tan
cansado y con tantas ganas de comer como hoy.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">* Adaptación propia del cuento “<u><a href="http://www.veghazi.cl/cuentos/c11.html">la salsa de mamá</a></u>” encontrada
en Veghazi.com<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/0q2s6hhNTw8/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/0q2s6hhNTw8?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-83963018714072527702013-05-24T00:30:00.000+02:002013-05-24T00:30:01.913+02:00EL PROBLEMA NUNCA ESTÁ EN LAS NOTAS<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbg3g3Zi_oLHZEcpaHB25djIDIwlLkhL0Kt6YqQl0TunG38DCf7zdkEWa_pGSD2az1ejGfuUcdIzvCSjvXr9vG_Pfr0mNmIoDFgnQujF-e34st9okrgg7nG4zD4Vl3xz_rgRObMYky-zw/s1600/notas-del-colegio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbg3g3Zi_oLHZEcpaHB25djIDIwlLkhL0Kt6YqQl0TunG38DCf7zdkEWa_pGSD2az1ejGfuUcdIzvCSjvXr9vG_Pfr0mNmIoDFgnQujF-e34st9okrgg7nG4zD4Vl3xz_rgRObMYky-zw/s320/notas-del-colegio.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">A menudo, por desgracia, el boletín de calificaciones
trimestral, es el único medio de comunicación entre profesores y padres. Y esta
acostumbra a ser una comunicación telegráfica, institucionalizada e
insustancial. Es como si cada cierto tiempo el profesor nos enviara un whatsaap
diciendo: “</span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Todo bien, no hay porque
preocuparse. Su hijo es un siete</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">”. Al recibirlo, los padres se afanan en
contestar: “</span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">OK</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">” y añaden un emoticono
sonriente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Claro que en ocasiones cambia un poco el cuerpo del texto y
el mensaje enviado desde el centro avisa de la llegada de los números rojos. “<i>Las notas de su hijo han bajado en la última
evaluación. Ha suspendido 7. Tenemos que hablar</i>”. La respuesta por parte de
los padres no se hace esperar: “<i>OK (emoticono
furioso)</i>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con la llegada de la temporada de los primeros suspensos
surge en los padres la imperiosa necesidad de acudir a visitar el colegio, desgraciadamente más en
busca de culpables que de soluciones. Suena el silbato y el balón negro de la
culpabilidad se pone en juego. Los padres saldrán decididamente al ataque
intentando colocarlo en la portería del docente. El profesor, experto veterano,
utilizará hábiles técnicas defensivas para repeler el ataque. Finalmente se
pactará una vía de consenso: “Nada está perdido, aún queda por disputar la
segunda parte”. Se proponen algunos cambios técnicos de urgencia y se apela al espíritu de
las grandes remontadas… Si hubiera que apostar yo pondría un “2 fijo”. Se masca
la tragedia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aparecen los suspensos y se encienden las sirenas. Esto es lo
más parecido que conocemos a un sistema precoz de detección. Aunque en realidad
es tan efectivo como dar la voz de alarma 2 minutos antes de la llegada del
tsunami. Sabiendo que vivimos en zona de riesgo, ya podríamos habernos currado
un sistema de detección más eficaz. Algunos quizás dirán que con los nuevos
cambios legislativos estamos en ello. Por mi parte, dudas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero ocurre que a menudo confundimos los síntomas con el
diagnóstico. Utilizamos el termómetro para saber si el paciente tiene fiebre,
pero la temperatura anormal no es la enfermedad, no es más que un avisador que
indica que algo en nuestro cuerpo no funciona bien. El tratamiento no consiste
en recetar medicamentos para bajar la fiebre, sino en averiguar las causas que
la provocan y actuar en consecuencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Muchos de los problemas de conducta que presentan los
adolescentes en los institutos se ven venir desde lejos. Ni para bien, ni para
mal, nadie cambia de repente, de hoy para mañana. Pero esos pequeños cambios,
esa multitud de síntomas, poco parecen importar mientras no se reflejen en las
notas. Mientras el boletín siga inmaculado, mientras la evaluación mantenga la
línea de flotación del aprobado, todo está bien. Padres, profesores y
administración educativa nos hacemos los distraídos, miramos hacia otro lado
confiados en que la llegada de la madurez hará que el niño entre en razón. “Es
pasajero. Es cuestión de la edad, ¡ya cambiará!”- nos decimos. Y sin duda se
producirá ese cambio, ¡seguro!, pero a peor. Otro “fijo” en la quiniela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La cuestión es que utilizar las notas como único indicador
del progreso de los alumnos es algo extremadamente peligroso. Porque este es un
indicador que avisa tarde y mal. Y lo que es más peligroso es que trasladamos a
nuestros alumnos e hijos la misma convicción: “Mientras la nota esté bien, todo
está bien”. Lo importante es el resultado final no el proceso. La consecuencia
más calamitosa de este planteamiento es que sacrificamos el deseo de aprender
por la necesidad de aprobar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cada vez se incide más en un modelo basado en la verdad de
las notas, de los resultados, de las evaluaciones, y si son externas mejor, más
fiables (¿?). Sin embargo la solución no pasa por medir más, sino por medir mejor.
La mejora educativa no pasa por continuar evaluando resultados, sino por empezar
a medir procesos. Ya sabemos que el paciente está enfermo y tiene fiebre. Lo
que no sabemos es qué la está provocando. Y, puestos en esta coyuntura, quizás
lo más sensato sería empezar preguntándole al paciente dónde le duele. A lo
mejor su respuesta nos sorprende.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-29478035973865682332013-05-20T08:00:00.000+02:002013-05-20T08:00:06.290+02:00Y TÚ, ¿SABES DÓNDE TIENES EL CUERNO?<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGZuHpmjvXtLwXy8GssPyrej9Z001xdUpZI9AN5aPu_wY5mP8k-8V3Y7Z_IoWmFro7p8mVE1XIMOpJMtIFuI0mH4YHzhc2Bk1lfWX9K2ucriKM5PuX9DM0uimwNtvKeM0OyheW6TQ7s5M/s1600/rinoceronte.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGZuHpmjvXtLwXy8GssPyrej9Z001xdUpZI9AN5aPu_wY5mP8k-8V3Y7Z_IoWmFro7p8mVE1XIMOpJMtIFuI0mH4YHzhc2Bk1lfWX9K2ucriKM5PuX9DM0uimwNtvKeM0OyheW6TQ7s5M/s320/rinoceronte.jpeg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Con frecuencia suelen utilizarse animales para protagonizar historias
o cuentos con un contenido moral o reflexivo. De hecho, esta es una de las características peculiares de las fábulas, como las escritas por </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Samadiego o Esopo. En estas narraciones los animales adquieren características propiamente
humanas para, a través de ellos, ver representadas nuestras maneras de ser y proceder. </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Tanto es así </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">que si plantease la propuesta de buscar una cualidad representativa de
cada animal, seguramente coincidiríamos con facilidad en muchas de ellas. Así,
por ejemplo, el perro acostumbra a ser fiel, la liebre veloz, la zorra astuta, el
león valiente, la hormiga trabajadora y la cigarra… vamos a dejarlo en “alegre”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Otorgar cualidades humanas a los animales y hacerlos
protagonizar breves fábulas es una
herramienta de reflexión muy poderosa. Al utilizar la imagen del animal
conseguimos la suficiente distancia para poder observar con comodidad el curso
de los acontecimientos, al fin y al cabo, es tan solo un inocente cuento para niños. Sin embargo al acabar la historia y analizar su intención,
descubrimos con facilidad que tras la hormiga, la tortuga o la zorra se
esconden actitudes y comportamientos tan humanos como nuestros. Es el momento
de abandonar la comodidad del niño que ha estado escuchando embobado, para “aplicarse el
cuento” en carne propia y, reconocer en mí las conductas y actitudes descritas
en la historia. Es el momento de descubrir, que tras la ingenuidad del relato
se esconden algunos de mis miedos y mis defectos. El cuento, la fábula, en última instancia es
tan solo una invitación a la reflexión. Nuestra es la decisión final de
aceptarla o no, de acudir o no a la fiesta. Pero, si no vas… tú te lo pierdes. </span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">Hace unos días descubrí una imagen que me provocó el mismo efecto que una fábula. Tras verla, inmediatamente sentí la invitación para ir más allá de la sonrisa, para buscar el mensaje cifrado y, lo que es aún más difícil, su reflexión en primera persona. La imagen en cuestión estaba protagonizada por un rinoceronte. No es muy común encontrar mensajes </span></span><span style="line-height: 17.77777862548828px;">protagonizados</span><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;"> por estos animales y, en todo caso, puestos a atribuirles alguna cualidad, esta estaría relacionada con su característica embestida, con su furia, con su precipitación, con esa particularidad tan humana de la impulsividad. No en vano su símbolo de identidad es el cuerno.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La viñeta del rinoceronte tenía esa doble lectura. Ese
poderoso mecanismo de las fábulas por el que lo que insinúa es más importante que
lo que muestra, de que vale más por lo que calla que por lo que dice. Esa invitación velada a no quedarse en la superficie, a ir más allá de la
sonrisa que provoca lo ingenioso del dibujo, ese estimulo para la mente que
es siempre el "atreverse a pensar" propio de la Ilustración.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El elemento central era el cuerno, ¡cómo no! Pero presentado
de una forma inusual. Así, tras la inevitable sonrisa, acepte la invitación de
sentirme protagonista de la imagen, de sentirme como el rinoceronte pintor. Y es que, todos llevamos de serie algún que otro apéndice que nos
impide ver las cosas con claridad, que interfiere y distorsiona o que,
simplemente, nos oculta una parte de la realidad. Con el tiempo nos ha ido
creciendo ante nuestras narices, a unos más a otros menos, porque es nuestro,
porque siempre ha estado ahí, porque nos hemos habituado a él, porque, con el
tiempo, hasta nos hemos olvidado de él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjURiNbp8FaadaqH8erLGrBF0Mz9n1MI9k5E2nq_bDyOe8ygDiysIDhkV8G-vpjSEiqB-bXqUMAjaBxn_TXyRO6K8-3cDh7nufE-fQmpMeG8iVVlorU35TSKgCM2XFm-5AIvymFxU0kCwI/s1600/rinoceronte+pintando.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjURiNbp8FaadaqH8erLGrBF0Mz9n1MI9k5E2nq_bDyOe8ygDiysIDhkV8G-vpjSEiqB-bXqUMAjaBxn_TXyRO6K8-3cDh7nufE-fQmpMeG8iVVlorU35TSKgCM2XFm-5AIvymFxU0kCwI/s320/rinoceronte+pintando.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y también hay momentos en los que estamos especialmente
atentos a nuestro cuerno, en los que nos molesta especialmente, en los que
nuestro primer impulso sería arrancarlo de raíz, cortarlo y deshacernos de él
para siempre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero no es fácil deshacerse de nuestros apéndices, ¿cómo nos los vamos a cortar, si forman parte de nosotros? Al fin y al cabo, sin su cuerno el
rinoceronte dejaría de serlo. No todas las cosas que no nos gustan hay que tirarlas
o cambiarlas, algunas simplemente hay que aceptarlas, algunas incluso quererlas. Lo que sí es bueno, lo
que sí es saludable siempre, es al menos adquirir consciencia de que somos
rinocerontes con cuernos, cada uno tiene el suyo, y cada cual podrá presumir o
no de lo grande que lo tenga (esto es más propio de los hombres), pero lo
importante es saber que con el cuerno puesto lo que vemos no es exactamente lo
que hay. Que, como dicen los <i>peneleros</i>, el mapa no es el territorio y, que antes de
entrar al trapo y envestir, recuerda que lo que ves en el centro de tu lienzo
es, sencillamente, el dibujo de tu propio cuerno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-80119769602822185462013-05-14T08:00:00.000+02:002015-09-17T12:49:49.811+02:00APRENDIZAJE EMOCIONAL<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNg8_cp8xClJF31AzzPgRj9jc78BaPbIg-nby2or64JcrHXO-ji9gVg74cfzfyT7uV8cylZiUOrJzfIQHiqm0pxf4jetMYDkpgulSdeCJT4ATkyf1oaAloMNnHhtp3OOS3JEY71QLQ_Cc/s1600/educar-el-coraz%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNg8_cp8xClJF31AzzPgRj9jc78BaPbIg-nby2or64JcrHXO-ji9gVg74cfzfyT7uV8cylZiUOrJzfIQHiqm0pxf4jetMYDkpgulSdeCJT4ATkyf1oaAloMNnHhtp3OOS3JEY71QLQ_Cc/s320/educar-el-coraz%C3%B3n.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Poco a poco la educación emocional va ganando terreno en las
aulas y, cada vez con mayor frecuencia, sobre todo con los alumnos más
pequeños, el tema emocional va ocupando el papel que le corresponde dentro de
las programaciones escolares. Quizás esta haya sido la gran asignatura
pendiente del sistema educativo y muchas generaciones aún andamos pagando la
factura producida por estas carencias.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aprender a reconocer y gestionar las emociones propias y
reconocer las de los otros es un aprendizaje básico. El desarrollo de la autoestima, la
autoconfianza y la empatía hundirán sus raíces en este aprendizaje emocional y
nos permitirán crecer vacunados contra los “pequeños disgustos” que,
inevitablemente, nos traerá la vida, al tiempo que también nos posibilitaran
disfrutar adecuadamente de los placeres que nos reserva. En definitiva una
oportuna educación emocional nos permitirá tomar las riendas de nuestra vida,
sentirnos satisfechos de nuestros logros y poder recuperarnos de nuestros
errores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero la trascendencia de las emociones en la educación va más
lejos. El aprendizaje significativo necesita ser fijado a través de la emoción.
Las emociones son el “pegamento” con el que afianzamos aquellos aprendizajes
importantes que nos acompañarán toda la vida. Para que algo deje su impronta tendrá
que despertar alguna emoción en nosotros. Lo que aprendamos con la mente lo
recordaremos algún tiempo, pero lo que aprendamos con el corazón, no lo
olvidaremos nunca. Como decía Confucio “<i>Dímelo y lo olvidaré; enséñame y lo
recordaré; implícame y aprenderé</i>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hace unos años emitían por televisión una genial campaña para
concienciar a la población sobre el Alzheimer. En estos anuncios un “gancho”
paraba a una persona por la calle y se comportaba como si fueran antiguos
conocidos que hacía tiempo que no se veían. Tras unos segundos de desconcierto
y confusión en la “victima”, que por mucho que se esforzaba era incapaz de
recordarlo, se le entregaba una tarjeta en la que aparecía escrito “<i>Así se siente una persona con alzheimer.
Ayúdanos a vencerlo</i>”. Las caras de estas personas tras leer el escrito
hablaban por sí solas. Sin duda, en unos pocos segundos, su corazón acaba de
grabar a fuego un aprendizaje que nunca olvidarán. La historia de hoy trata,
precisamente de estos… aprendizajes emocionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuenta una antigua leyenda que tras su desastrosa derrota en
Rusia, Napoleón se vio obligado a huir a toda prisa en retirada. Los soldados
del ejército enemigo lo perseguían y no querían dejar pasar la oportunidad de
acabar con su principal adversario en ese momento de debilidad. Se dice que en
su huida, viéndose acorralado, tuvo que refugiarse en la casa de un viejo
sastre judío. Cuando llegó allí, en medio de la noche, suplicó a sus habitantes
que lo ocultaran de sus perseguidores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El viejo judío, que no tenía la menor idea de quien era, se
apiadó de él y decidió esconderle en un cesto en el que se amontonaban unas
ropas viejas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Apenas unos minutos después, se abrió la puerta y un grupo de
soldados apareció preguntando por si alguien había buscado refugio en aquella
casa. El judío negó con la cabeza e invitó a los soldados a registrar su casa.
Los soldados buscaron precipitadamente en todas las habitaciones, incluso
llegaron a clavar sus bayonetas en aquel cesto de ropa, pero finalmente,
continuaron su búsqueda en otro lugar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuando Napoleón creyó estar seguro abandonó su escondite y
pálido como un fantasma se dirigió al judío para agradecer su ayuda: “<i>Ahora puedo decirte quien soy</i> – le dijo
– <i>y, puesto que me has salvado de una
muerte segura, puedes pedirme tres cosas, que te las concederé.</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por un momento el viejo judío no supo que contestar, pues
siempre había sido una persona de necesidades sencillas, pero tras pensarlo un
tiempo dijo: “<i>Hace dos años que tengo
goteras en mi tejado. Estoy muy mayor para repararlas y si no hago algo pronto
el tejado se derrumbará sobre mi cabeza. ¿Podrías conseguir que alguien lo
arreglara?</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Napoleón lo miró con gran sorpresa y le contestó: “<i>Puesto que ese es tu primer deseo así se
hará, pero ¿cómo es que pides cosas tan triviales? ¿Cómo no pides cosas más
importantes? No olvides que solo te quedan dos cosas por pedirme.”<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El judío pensó las palabras del emperador y buscó algo
importante y necesario que le pudiera pedir. Tras unos minutos formuló la
segunda de sus peticiones: “<i>En esta misma
calle hay una sastrería, es mi competencia y me quita los pocos clientes que
aún confían en mis torpes manos. ¿Podrías arreglarlo para que él se mudara a
otro pueblo?”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desde luego este viejo está chiflado – pensó el emperador –
Puede pedir cualquier cosa y está malgastando uno a uno sus deseos. “<i>Bien se hará como dices. ¿Cuál es tu último
deseo?</i>” dijo Napoleón con cierta impaciencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al escuchar que era su último deseo, el viejo realmente se
concentró en buscar algo que realmente le mereciera la pena, cuando de pronto
los ojos se le iluminaron y descubrió cuál iba a ser su última petición: “<i>Quisiera saber... ¿cómo te sentiste cuando, al
estar escondido en el cesto, los soldados agujerearon las ropas con sus
bayonetas?”<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al escuchar sus palabras Napoleón enfureció. “<i>Pero, ¿cómo se te ocurre preguntar tal
desfachatez? Definitivamente tú no puedes ser más que un viejo loco que no
merece vivir. Ordenaré inmediatamente que te fusilen.”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El pobre sastre lloró y suplicó el perdón del emperador, pero
Napoleón parecía fuera de sí, y sus soldados ya habían atado al judío
dispuestos a cumplir las órdenes. Sin duda aquellas extrañas peticiones habían
ofendido gravemente al emperador francés.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aquella misma madrugada, el sastre fue sacado de su celda y
conducido ante un grupo de soldados armados con rifles. Le vendaron los ojos y
lo ataron a un árbol. El capitán encargado de la ejecución emplazó a sus hombres y empezó la fatídica cuenta: “<i>Preparados, apunten,…</i>” Iba a pronunciar
la última palabra cuando un oficial que había permanecido atento a toda la operación detuvo la ejecución.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los soldados bajaron sus armas y el oficial se acercó al
viejo. Mientras le quitaba la venda de los ojos le dijo: “<i>El emperador te perdona y te manda esta carta.”<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El viejo sastre tomó la carta con sus manos temblorosas y la
abrió. La carta decía así: “<i>He sentido
exactamente lo que tú ahora. Tu tercer deseo se ha cumplido.”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desde aquel día el sastre conservó como un tesoro aquella
carta y… jamás, jamás olvidó lo que había aprendido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¡FELIZ REFLEXIÓN!<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/NpsyNqzpmSc/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/NpsyNqzpmSc?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1109593394940514647.post-23850553871024345532013-05-06T08:00:00.000+02:002015-09-17T12:51:02.039+02:00PREGÚNTALE AL NIÑO<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZOl9ou-ssoPhqS0xaioXbIziNLJkFkxJoyye77SdnRNPKbnV4YfGt_M3JHyubo2reSfPTD_G6TOJO1CDLshANa-Wbc6jhS4EWLbaMrO-ZG2jWHBUSXc7fMWkZHCpakOzb6FkNzeW7s-U/s1600/ni%25C3%25B1os+y+ni%25C3%25B1as.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZOl9ou-ssoPhqS0xaioXbIziNLJkFkxJoyye77SdnRNPKbnV4YfGt_M3JHyubo2reSfPTD_G6TOJO1CDLshANa-Wbc6jhS4EWLbaMrO-ZG2jWHBUSXc7fMWkZHCpakOzb6FkNzeW7s-U/s1600/ni%25C3%25B1os+y+ni%25C3%25B1as.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Dice un conocido refrán que los niños y los borrachos siempre
dicen la verdad. Por eso si realmente estás interesado en conocer la verdad
sobre algo que te preocupa o te inquieta, te aconsejo que le preguntes al niño.
Pero para esto no te servirá cualquier niño, tienes que encontrar a uno en particular… uno que seguro que no te engañará. Eso sí, cuando lo tengas delante asegúrate que la
pregunta que formules valga la pena.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Te consideras una persona feliz? ¿Exitosa? ¿Honesta? Si
realmente estás interesado en conocer las respuestas a estas preguntas, te
recomiendo que busques al niño y se lo preguntes. Seguro que su respuesta no te
deja indiferente. Un cuento…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, murió su rey sin
dejar descendencia. Los sabios del reino decidieron entonces elegir a su nuevo
monarca usando una antigua costumbre típica de aquellas tierras. Dejarían volar
un pájaro que tenían enjaulado y nombrarían rey a la primera persona en la que
el ave se posara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El pájaro sobrevoló varias veces la ciudad antes de posarse
en la cabeza del zapatero del pueblo. Este era una persona humilde que no había
hecho otra cosa en su vida más que trabajar de sol a sol encerrado en su
taller. Sin embargo, la decisión estaba tomada y era inapelable. Era lo que
mandaba la tradición y sin más demora el zapatero fue trasladado a palacio,
vestido con un delicado manto, alojado en palacio y proclamado rey. Esa misma
noche todos sus ministros le hicieron la misma observación: -“<i>Recordad que de ahora en adelante debéis
comportaros como un rey, no como un zapatero</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lo primero que ordenó el nuevo rey fue que se habilitara una pequeña
dependencia en lo alto del torreón y se dispusiera de ella para su uso
personal, nadie excepto el rey podría tener llave de esta habitación y acceder
a ella y, a nadie explicó el motivo de su decisión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todos los habitantes del palacio sabían que el rey, cada
noche antes de acostarse, subía hasta lo más alto de la torre y pasaba un
tiempo encerrado en aquella habitación. Pero nadie sabía que hacía allí. Por mucho
que en algunas ocasiones habían escuchado atentamente al otro lado de la
puerta, nadie en palacio conocía la razón de aquella extraña costumbre del
nuevo rey.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pasado el tiempo, la gente de palacio no pudo resistir más la
curiosidad y algunos de sus ministros decidieron acudir ante el rey para
preguntarle por qué subía cada noche hasta la torre y qué hacía allí. El rey
decidió enseñarles la habitación y contarles el secreto que tanto les
intrigaba. Mientras subían hacia la torre les confesó: -“Recuerdo que el día
que fui nombrado rey todos me aconsejasteis que me comportara como tal, incluso
mi ayuda de cámara quiso deshacerse de mis antiguas ropas y mis herramientas de
zapatero. Pues bien- dijo mientras abría de par en par la puerta de aquella
habitación privada- no solo no me deshice de ellas, sino que las conservo en
esta habitación, y cada noche, subo hasta aquí para recordar quien fui y los
años que pasé a la luz del candil remendando zapatos. Y ese recuerdo me ayuda a
ser un rey más justo. Bien, ahora ya lo sabéis. Esto es lo que hago cada noche
antes de acostarme.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y con estas palabras volvió a cerrar la puerta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si aun no has encontrado al niño al que debes formular tus preguntas te dejo un vídeo como segunda pista...</span><span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 20px;"> </span></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b>¡FELIZ REFLEXIÓN!</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/42AXjcP-B2U/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/42AXjcP-B2U?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
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